Poesía testimonial y cuidada

En los poemas prologales de su libro Que trata de España (1950-1964), Blas de Otero declara la actitud o perspectiva desde la que escribe: “…Escrito está con nombres castellano, / llanto andaluz, reciente, y algún viejo / trozo de historia: todo con un dejo / vasco, corto en palabras”. Va a escribir de España, de todos los españoles, consciente de que no va de perder su condición de vasco, acaso, su visión del mundo de vasco. Cuando dice “corto en palabras”, está realizando un acto de modestia, ya que la poesía de este autor es rica en vocabulario, frases hechas distorsionadas, enunciados tomados de la literatura, la cultura o, incluso, las canciones populares. En el mismo poema declara que “hace, escribe” “la historia de mañana desde hoy mismo”: poesía testimonial.

En otro de los poemas que hemos considerado prólogo (en su libro aparecen en letra cursiva, frente a la letra normal del resto), dirigiéndose al propio libro (“Libro, perdóname”), recuerda el mal causado por las censuras y las actitudes represivas (“por el hacha de un neotorquemada”) y reitera sus pretensiones como escritor: “Libro, devuelve el mal que nos han hecho […] Español es el verso que te encargo / airear, airear. Te escucho. Empieza”. “Mi verso / se queja al duro son / del remo y de la cadena, / mar niña / de la Concha, / amarga mar de Málaga / borrad / los años fratricidas, / unid / en una sola ola / las soledades de los españoles”. Verso como queja y verso como expresión del deseo de que todos los españoles estén unidos.

Tras los anteriores poemas que sirven de pórtico, comienza el libro propiamente —valga el convencionalismo de decirlo así—, el primer poema, “Perdurando” nos expresa la idea de que la escritura es un medio para perdurar en el tiempo: sus viajes, sus vivencias: “…perdurando / por siempre en el papel, / los hombres y el mañana”.

La poesía es un medio de evocación de recuerdos, de vivencias, de momentos pasados: “…escribo junto al Kremlin / retengo las lágrimas y, por todo / lo que he sufrido y vivido, / soy feliz”. ¿Escribiendo? Nos dirá en otro poema: “Canto al Cantábrico, / en Moscú, una tarde cualquiera / del año / 1960”.

En “Biografía”, breve poema, nos explica su quehacer: “Libros / reunidos, palabra / de honor, / sílaba / hilada letra a letra, / ritmo / mordido, / nudo / de mis días / sobre la tierra, relámpago / atravesando el corazón de España”. Evidencia su quehacer poético: “...sílaba / hilada letra a letra, ritmo mordido”. Porque Blas de Otero se preocupa del ritmo, de la forma, de aquello que hace poética la poesía. Ya el formalismo ruso trató de encontrar la “literaturidad” de los textos literarios, aquello que convertía en arte literario la escritura poética. El cuidado que nuestro poeta pone en la escritura de poesía es evidente, con independencia de sus aspiraciones de denuncia que lleva a ciertos manuales a encasillarlo exclusivamente con la etiqueta de “poeta social”.

En “Impreso prisionero” realiza unas declaraciones tanto de intención expresiva como de deseos de llegar al pueblo: “…Pido / la paz y la palabra, cerceno / imágenes, retórica / del árbol frondoso y seco, / hablo / para la inmensa mayoría, pueblo / roto y quemado bajo el sol, / hambriento, analfabeto / de sabiduría milenaria, / “español / de pura bestia”, hospitalario y bueno / como el pan que falta / y el aire que no sabe lo que ocurre. […] …voluntad de vida / a contra dictadura y contra tiempo”.

Recobrar —de nuevo— la patria, los pueblos, las vivencias por medio de la escritura es la idea que reitera en “…día a día / recobrado / a golpes de palabra”, del poema —sin título— que abre el capítulo 2 de Que trata de España, “La palabra”. En “La vida” reitera la idea de escribir para combatir: “Si escribo / es por seguir la costumbre / de combatir / la injusticia, / luchas por la paz, / hacer / España / a imagen y semejanza / de la realidad / más pura”. Es la misma idea que muestran las siguientes citas: “Toda la vida entre papeles… […] En la vida / hundí, enterré la pluma, dirigida / igual que un proyectil, desde el tintero. // De tener que escribir, lo que prefiero / es la página rota, revivida, / no la blanca que va perdida / como sombra de nube en el otero”. (de “Entre papeles y realidades”).

De “Cartilla (poética)” podemos quedarnos con la idea de que trabaja el poema porque “La poesía tiene sus derechos. / Lo sé. / Soy el primero en sudar tinta delante del papel. / La poesía crea las palabras. / Lo sé. / Esto es la verdad y sigue siéndolo / diciéndolo al revés”. “La poesía exige ser sinceros”; “La poesía atañe a lo esencial”. “Pero la poesía tiene sus deberes… Entre ella y yo hay un contrato / social”; “Ah las palabras más maravillosas, / rosa, poema, mar, (son m pura y otras letras: / o, a…”. De nuevo la poesía al servicio social.

  

  

 

 

Poetas en amistad. De izquierda a derecha, Gabriel Celaya, Blas de Otero, Rosario Conde, Carlos Barral y José Agustín Goytisolo. © Imagen Diario La Razón.

  

  

Frente a las palabras de los libros, prefiere las palabras de la gente, aquellas con las que “dice cosas formidables / que hacen temblar la gramática”. Cita como ejemplo la frase sentenciosa de una anciana en la estación de Almadén: “Sí, sí, pero el cielo y el infierno está aquí”. “Y clavó”, añade, “con esa n que faltaba”. Declara que sus temas son “las cosas de este mundo”: naturaleza —viento, tierra, agua, fuego—, paisajes… Pero “lo más hermoso” “son los hombres que parlan a la puerta / de la taberna, sus solemnes manos / que subrayan sus sílabas de tierra”.

Escribir es existir para Blas de Otero: “Escribo, luego existo. Y, como existo / en España, de España, y de su gente / escribo”. Y en el mismo poema arremete contra censura y críticos de que escribe de lo que ve: “¡Escribir lo que ve!, ¡habrase visto!, / exclaman los hipócritas de enfrente”. Los ecos de sus lecturas son frecuentes en la poesía de este poeta. Por ejemplo, en este mismo poema, nos recuerda a Quevedo: “¿No ha de haber un espíritu valiente? / contesto. // ¿Nunca se ha de decir lo que siente? /, insisto”. Y añade: “No. No dejan ver lo que escribo / porque escribo lo que ven”. Naturalmente, lamenta lo que ve y las actitudes ante lo que escribe: “¡Oh blanco muro de España! / ¡Oh negro toro de pena!”. Estamos, pues, ante una nueva declaración de su temática poética: la realidad española. “Nadando y escribiendo en diagonal” es otro poema de declaraciones escriturales: “Escribir en España es hablar por no callar / lo que ocurre en la calle…”.

“Noticias de todo el mundo” es un poema de lamento de que pase el tiempo sin alcanzar sus aspiraciones de escritor: “Da miedo pensarlo, pero apenas me leen / los analfabetos, ni los obreros, ni los / niños”. Sin embargo, no pierde la esperanza de escribir para ser leído por los que aún no lo leen: “Pero ya me leerán. Ahora estoy aprendiendo / a escribir, cambié de clase”. Como un leitmotiv, la idea escribir sobre lo que ve se reitera. Por ejemplo, en “Plumas y flores” declara nuevamente: “Hablo de lo que he visto. Ya lo dije. / Venid a ver en el papel el viento / del pueblo: en él, a él le leo y hablo, / bien es verdad que desde lejos”.

La propia escritura se hace tema literario cuando trata de explicar sobre qué escribe y por qué escribe. “Cuando digo” es un soneto que explica o traduce lo que escribe en ocasiones: “Cuando escribo aire libre, mar abierto, / traduzco libertad (hipocresía / política), traduzco economía / en castellano, en plata, en oro injerto”. El deseo de ser voz del pueblo, de las personas concretas del pueblo queda expresada en “Soy sólo poeta: levanto mi voz / en ellos, con ellos. Aunque no me lean”. Lamenta la existencia de muchos que no escuchan la voz de la poesía: “¡Qué voy a hacer? Contarlas cien mil veces, / hacerlas oír hasta a los sordos. / (Hay muchos sordos porque hay muchos versos / afónico, criptóricos, retóricos)”. Naturalmente, sus versos no quieren ser ni afónico, ni criptóricos, ni retóricos.

“Voz del mar, voz del libro” retoma el tema de la poesía: “…La poesía / (es divina, repican las campanas) / es un lujo, replican los martillos. // Y yo, sentado en una silla, sílaba / a sílaba, les silbo en los oídos / que sí, que estoy tallando una sortija / …para sus manos o las de sus hijos”. Dice que “el mar es como un libro abierto” y “yo leo en él, y escribo”. Aunque, a veces, la orilla parece muy lejana “porque mi pluma está torcida” o “porque un mal viento cerró el libro”. Es decir, la poesía no alcanza sus objetivos por más cuidado que ponga el autor al escribir o por causas ajenas que se interponen entre la poesía y los posibles lectores.

En “El mar suelta un párrafo sobre la inmensa mayoría” compara su labor de poeta con el mar: “Yo soy el mar que no sabe leer”, “Yo hablo adelantándome a las maravillosas palabras / de los poetas a las mentirosas ondas de los mercaderes / a los estereotipados teletipos mercenarios…”.

El capítulo 3 de este libro se titula “Cantares”, que se abre con una cita de “Augusto Ferrán: “…he puesto unos cuantos cantares del pueblo… para estar seguro al menos de que hay algo bueno en este libro”. Reveladora por la pretendida modestia. El poema que sirve de pórtico, con citas de coplas populares, reitera la idea de que es más válido lo espontáneo popular, lo que canta el pueblo que lo escrito en los libros (si es letra muerta, podríamos añadir): “… y si quieres vivir tranquilo, / no te contagies de libro”.

Las coplas con las que se inicia el libro insisten en la idea de la validez de lo popular: “…yo no quiero ser famoso / que quiero ser popular”. Y a hablar de personajes o canciones populares, dedica numerosos poemas, en las que adopta el ritmo de coplillas tradicionales. En “Aquí hay verbena olorosa” manifiesta su deseo de “hablar como las propias rosas”, es decir, como habla la vida, el pueblo, acaso Dios, pues dice: “quiérome ir allá / por mirar lo que escribía / la rosa en el aire, / aquí hay señales de vida / vamos a coger rosas, / a escribir como dios manda”. Para, en el poema siguiente, “Campo de amor”, añadir “Si me muero, que sepan que he vivido / luchando por la vida y por la paz. / Apenas he podido con la pluma, / apláudanme el cantar”.

El capítulo IV es titulado “Geografía e historia”. La “Canción primera” nos anuncia la esperanza, pues: “Siento a España sufrir / sufrimiento de siglos”. Evoca regiones, pueblos, lugares: Castilla, Zamora, Tierra de Campos, Galicia, Andalucía… De nuevo ritmos populares: romance, zéjeles, villancicos… Poemas escribe que son simple evocación de lugares: “León / luna contra el reloj / de la cárcel. // Granada / luz difusa / en los balcones. // Bilbao / mina roja de hierro / en la Peña. // Soria / ondulada hacia el río / Duero”.

Junto a las evocaciones de lugares, el deseo de que España cambie a mejor: “¿Cuándo será que España / se ponga en pie, camine / hacia los horizontes / abiertos… […] brille un ramo de oliva / que la brisa, alta, brice?”. Sus deseos: “Dormir, para olvidar / España. // Morir, para perder / España. / Vivir, para labrar / España. / Luchar, para ganar / España”. Lanza la idea que tanto reitera: “España parece dormida”, pero “un pulso, una rabia / tercamente palpita”. Naturalmente, es lo que el poeta desea despertar para producir el deseado cambio.

De cuando en cuando, el testimonio de la vida dura de ciertas personas, tal como retrata en “Un minero”. Porque —de nuevo la poética—: “No hablo por hablar. Escribo / hablando, sencillamente / como un cantar de amigo”. Cuando habla de personas concretas —Názim, Marcos, Lina Odena, Nina van Zanta…—, ha de evocar a Miguel Hernández: “La libertad del que forja / un pueblo libre. Miguel / Hernández cavó la aurora”. Y, otra vez: “Como en un cantar de amigo / escribo lo que me dictan / la fábrica y el olivo”.

Son varios los poemas que, en este capítulo, dedica a Cervantes y el Quijote: “Señor don Quijote, divino chalado, / hermano mayor de mis ilusiones / sosiega el revuelo de tus sinrazones / y, serenamente, siéntate a mi lado”.

En el poema “Diego Velázquez” aparecen de nuevo sus pretensiones como escritor: “Enséñame a escribir la verdad / pintor de la verdad. / Ponme la luz de España entre renglones, / la impalpable luz que tiembla / en tus telas. / Dirígeme los ojos hacia abajo: / gente humillada y despreciada / de reyes, condeduques e inocencios. / Que mi palabra golpee / con el martillo de la realidad. / Y, línea a línea, hile / el ritmo de los días venturosos / de mi patria”.

  

 

 

Blas de Otero estuvo casado con Sabina de la Cruz, cuyo nombre real era Sabina de la Cruz Pérez. Ella fue profesora, crítica literaria y poeta, además de una figura importante en la preservación y estudio de la obra de Blas de Otero tras su fallecimiento. Habían contraído matrimonio en 1968 y permanecieron juntos hasta la muerte del poeta en 1979. © Imagen Radio Cadena SER.

  

Manifiesta en otros poemas, de modo más o menos explícito, sus deseos de lucha —que el pueblo luche— por la paz, por la patria: “…La lucha en plena noche / por una patria / de alegría de acero y de belleza”.

El capítulo V, y último, está titulado “La verdad común” y, tras el poema prólogo, aparece “Advertencia a España (Coral)”, en el que advierte que no está sola, que “somos millones para una España”. Es el deseo confundido la realidad de esperanza y redención.

Los ecos de Quevedo —como los de otros poetas y poemas clásicos— son frecuentes, como en el titulado “Oigo, Patria…”, tan quevediano. También Machado, César Vallejo (“Vine hacia él (1952): César Vallejo ha muerto…”), Paul Éluart… “En la inmensa mayoría (1960)” hace alusión al “trabajo” de los versos, es decir, a que cuida lo que escribe: “He visto tanto / mundo, / y cuánto / trabajo me han dado los poemas…”. Y añade: “…destrocé papeles, construí una obra / desde el andamio de la pluma, / para qué voy a contar / tristes historias, son historias tristes, además…”.

Ciertamente, los poemas que podríamos clasificar con el rótulo de “sociales” alternan con los meramente descriptivos o lírico-descriptivos. Su deseo de encontrar la paz es permanente: “puestos en pie de paz” […] “Oíd, estoy seguro / de que la paz derrotará a la guerra”; “El mundo abre los brazos a la paz…”, dice en sucesivos poemas. En “Pero, Cuba fuera un piano” realiza un juego de palabras, aparentemente trivial, para mostrar la evolución de Cuba, a la que dedicará varios poemas: “Cuando venga Fidel se dice mucho”, “Poeta colonial…”. Aprovecha para preguntarse por el papel de España en América: “qué hiciste, España, por aquí tú sola / total para volver como yo vuelvo…”.

Los últimos poemas del capítulo y, por tanto, del libro, hablan nueva y directamente de España. El que sirve de colofón: “España / es de piedra y agua / seca, caída en un barranco rojo, / agua de mina y monte, / es de tela también, a trozos / pisada por la sangre y a retazos/ […] con su sabiduría de madera y tiempo / ya presente tañendo su hoja joven”.

  

Conclusión

Junto a los temas sociales directamente enlazados con su idea de España y sus deseos de paz, esperanza, vida mejor para España, nos queda también claro:

a)  Que los poemas han de ser trabajados, cuidados, porque “la poesía tiene sus derechos” (aunque también tenga sus deberes).

b) Que insiste en la belleza de España y en el trabajo de sus gentes.

c) Por la falta de libertad y por la opresión que vive el pueblo —rasgos implícitos más que explícitos— ha de escuchar la voz redentora del poeta.

d) El poeta ha viajado por el mundo, pero siempre vuelve a España.

  

  

  

  

  

  

   

   

Antonio García Velasco (Fuente Piedra, Málaga – †Málaga, 2023). Escritor, ensayista y articulista. Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Oviedo y Doctor en Filosofía y Letras (Sección de Filología Hispánica) por la Universidad de Málaga. En la actualidad es Profesor Honorífico de la Universidad de Málaga y miembro de la Asociación Andaluza de Críticos Literarios. Ha cultivado la lírica, la narrativa (novela y cuento), el ensayo y programas de informática para la docencia de la lengua y la literatura.

• Poesía: entre sus obras de creación lírica figuran los poemarios Fuego sordo (1975), Marchamar andalusí (1977), Se rompe hasta la vida cotidiana (1980), Des(h)echa la ciudad (1980), Ulises desangrado (1982), Demonolatrías (Corona del Sur, Málaga, 1985), Amor compiuter (1987), El libro olvidado (1988), Escritos dadaístas o la eficacia y operatividad del lenguaje C (Corona del Sur, Málaga, 1990), Un libro para el gozo (Puente de la Aurora, Málaga, 1994), Inter-nos (1994), Lejano siglo XX (1997), PsilocibinA (Corona del Sur, Málaga, 1998), Las heridas de amor (1999), Altos vuelos (2000), Una carta de amor (Corona del Sur, Málaga, 2002), Infinito mar que es el vivir (Corona del Sur, Málaga, 2003), Hojas ustibles (Ayuntamiento de Málaga, Málaga, 2005), Fábulas de reencarnación (Libros Encasa, Málaga, 2016), Cantares de flores nuevas. Haikus, solerares, pajaronas y otras estrofas populares en tiempos modernos (KDP-Amazon, 2020) y Duet of Reflection (Jumpa Books, 2022), poemario de haikus, en colaboración con Ikuro Yoshimura, entre otros títulos.

• Narrativa (novela y cuento): de los títulos de su obra en prosa, cabe citar El libro olvidado (1988), Un príncipe encantador. Cuento para niños y niñas de hasta 99 años (1998), Altos vuelos (2000), Una carta de amor (2002), Infinito mar que es el vivir (2003), Hojas ustibles (2005), Mi vida de náufrago (Libros Encasa, 2008), Amores y tiempos. Relatos (2014), Lejano siglo XX. Novela de ciencia y ética ficción (2014), Cajón de sastre. Objetos animados 1 (2015), Profesor de poesía (Ediciones del Genal, Málaga, 2016), Memorias de "Mi eterna llamarada" (Ediciones del Genal, 2016), Patos sin zapatos (Seleer, 2017), El pueblo de los misterios. (Trilogía del misterio) (2017), Un dilema de amor. Mucho más que un dilema de amor ha de resolver Gustavo, el personaje de esta historia (2018), Homo Vampyrus. El eslabón supremo en la cadena trófica (KDP-Amazon, 2019), Encuentros inesperados (KDP-Amazon, 2020), La empoderada y maldiciente Sara (KPP-Amazon, 2020) y Estupor.5 (Ediciones Algorfa, 2022), novela de intriga con una dosis de drama, un thriller literario, en colaboración con otros cuatro autores.

• Ensayos: de sus trabajos de investigación y libros metodológicos hay que mencionar el Método de comentario de textos y Comentario a “Los pedazos del sonido”, poema de Francisco Peralto (1978), Método de comentario de textos. Teoría y práctica (1986), Enunciado, estructura, reescritura y función (1994), Estudios filológicos con procedimientos informáticos: desarrollo, aplicabilidad y rendimiento de programas en ordenadores personales (1996), Poética (1994), Propuestas metodológicas para el conocimiento de la obra literaria (Ensayos sobre literatura española actual) (1996), Análisis de la poesía de Antonia López García (con procedimientos de estilísticas computacional) (1998), Un príncipe encantador (Cuento para niños y niñas de hasta 99 años), que incluye un disco con programa de actividades y pasatiempos (1998); Las cien mil palabras de la poesía de Lorca (1999); Búhos del 98. Sobre ideas y literatura de la Generación del 98 (CEDMA, Málaga, 1999), La mujer en la literatura medieval española (2000), La poesía de Emilio Prados. Estudio y valoración (2000), La poesía de Luis Cernuda. Estudio y valoración ante su centenario (2005), El lenguaje de los cuentos infantiles (2005) y 30 poetas andaluces actuales. Vocabulario y recursos (2005), Poesía visual en un dominó didáctico. Dominó didáctico de 28 fichas. Poemas visuales de Francisco Peralto (Corona del Sur, 2013) y otros más.

• Colaboraciones: Ha colaborado en antología líricas y ensayísticas, como Relatos del Sur. De Tartesssos al siglo XXXV de la Era Edénica (Aljaima, Málaga, 1997), Poesía andaluza en libertad. (Una aproximación antológica a los poetas andaluces del último cuarto de siglo) (2001), Poesía en los barrios (2001), Poemas escritos a la vera del mar (2004), Estudio y reflexiones sobre la Educación social (participa como coordinador y autor de un capítulo) (2004); Alcazaba I. Poesía actual en Málaga, que incluye un CD con la antología poética “Bajel navegando por la poesía actual en Málaga” (Librería Ágora, Málaga, 2005), Poemas escritos a la vera del mar (2004), Ensayos sobre Albert Camus. Clásicos del Siglo XX, 1 (2015), La Ciudad en la Cumbre (Torreparedones) [eds.: J. A. Santano & M. Gahete Jurado] (2015). Ayuntamiento de Baena, Baena (Córdoba). Ensayos sobre Antonio Machado. Clásicos del Siglo XX (2017) y Ensayos sobre Blas de Otero. Clásicos del Siglo XX, 2 (2017).

• Informática: Como profesor interesado en la aplicación de la informática a la docencia, ha desarrollado programas de ordenador para la enseñanza de la lengua y la literatura, entre los que cabe mencionar Analizador, Métrica, Cuentos para cuentos, Poética, Adivina adivinanza, 12 viñetas, ATRIL-e, Secuencias, ATRIL2-e, HESCREA (Herramientas de Escritura Creativa), Comentario, CreaEjercicios, CreaDominós, SopaLetras y Bajel: Navegando por el cuento de Cencienta, entre otros. Merece especial mención Bajel: Navegando por la Literatura actual en Andalucía, que fue distinguido con el segundo «Premio Joaquín Guichot» a proyectos educativos.

• Colaboraciones periodísticas: Ha presentado numerosas comunicaciones y ponencias en diferentes congresos nacionales e internacionales, publicadas luego en las correspondientes actas. Es autor también de más de doscientos artículos sobre temas de literatura, lengua, crítica literaria o didáctica, publicados en prensa, suplementos literarios o revistas especializadas. Ha colaborado como columnista de opinión en el Diario La Torre y el Diario Málaga-Costa del Sol (con su columna “Marinas”), y en el suplemento dominical de este periódico, Papel Literario, con artículos de crítica literaria.

A comienzos de 2023, delega la presidencia de ASPROJUMA para ponerse al frente de la secretaría, y, a la par, asumir la coordinación de las actividades de la sección «Aula de Poesía en la UMA», presentando autores y obras y organizar lecturas de textos selectos. Por este tiempo, su salud se resquebraja y amenaza con dejarlo; su voz pierde el vigor que caracteriza al profesor de una clase numerosa; con todo, no deja de atender alguna vez personalmente y muchas otras por teléfono las llamadas de sus amigos, colegas, conocidos, que quieren consultarle algo o saber de él. Su voz se debilita por días hasta presentar inequívocos síntomas de debilidad extrema. Todos temen el peor desenlace, que acontece implacablemente el 27 de Abril de ese año. Y quien fue capaz de aunar en su persona las cualidades del buen amigo y del compañero incondicional con las meritorias tareas de profesor, ensayista, novelista, poeta, lingüista, informático…, todo ello en genial armonía al más puro estilo de un humanista actual, nos dejó, pero sólo físicamente, porque la dinámica de su espíritu continúa estando presente entre sus amigos, animándonos a intervenir cada vez que la Asociación celebra una reunión, cada día en que un tema se adueña del interés de los tertulianos, cada momento en que dos nos reunimos y empezamos a hablar de un aspecto del Saber. Antonio, seguimos en contacto.

   

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral. Edición no venal. Sección 3. Página 13. Año XXIV. II Época. Número 123. Julio-Septiembre 2025. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2025 Antonio García Velasco. © Las imágenes han sido extraídas, a través del buscador Google, de los sitios de Internet que se indican al final de la leyenda del pie correspondiente. En ambos casos, únicamente se usan como ilustraciones. Cualquier derecho que pudiese concurrir sobre ellas pertenece a su(s) creador(es). Diseño y maquetación: EdiBez. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2025 Departamento de Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga & Ediciones Digitales Bezmiliana. 29.730. Rincón de la Victoria (Málaga).

   

     

 

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