JORGE LUIS BORGES, el hombre donde confluían el ateniense y el espartano, decía que había heredado de sus antepasados dos tradiciones: una militar y otra literaria. La sutil ironía formaba parte de la personalidad de quien es considerado uno de los escritores más destacados del siglo pasado, y quien, en palabras de José Saramago, junto con Kafka, es otro de los “Profetas” que expresaron el espíritu del siglo XX.

Con referencia al Nobel de Literatura, en una entrevista concedida en 1979, dijo: «Es una antigua tradición escandinava, me nominan para el premio y se lo dan a otro. Ya todo es una especie de rito». Otra muestra de esa ironía de la que hizo gala en relación con el mismo asunto tuvo lugar en Roma, cuando la prensa le preguntó: «¿A qué atribuía que todavía no le hubieran otorgado el Nobel?» y el escritor respondió: «A la sabiduría sueca».

En una investigación del madrileño periódico ABC, se afirmaba, citando las fuentes suecas en las que había sido publicado, que el entonces presidente del Comité del Nobel de Literatura, Anders Osterling, había justificado el rechazo de Borges por razón de que resultaba «demasiado exclusivo o artificial en su ingenioso arte en miniatura».

Lo curioso del hecho es que ese mismo académico había declarado, el año anterior, que «la tendencia nihilista y pesimista sin fondo de la obra de Samuel Beckett» era contraria al espíritu de Alfred Nobel, si bien el escritor irlandés obtuvo el galardón en 1969, y Jorge Luis Borges continuó siendo marginado hasta el día de su muerte, el 14 de junio de 1986, en Ginebra, Suiza.

Tres décadas, desde 1956 hasta el final de sus días, estuvo apareciendo  Borges en las listas de nominados preferentes, lo que invita razonablemente a pensar que el motivo de las reiteradas negativas de la Academia Sueca (en sueco, Svenska Akademien) a concederle el galardón tuvo que ver más con razones políticas que de estética literaria, concretamente con las controvertidas opiniones de Borges, en 1976, en las que el autor argentino puso en evidencia, una vez más, sus simpatías por los regímenes dictatoriales de Videla y Pinochet.

En efecto; transcurría 1976, cuando el novelista, poeta y ensayista visita Chile, con el objeto de recibir el Doctorado Honoris Causa de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Chile, en ceremonia presidida por el rector Agustín Toro. En su discurso de agradecimiento por habérsele otorgado tal distinción, una parte del contenido del mismo iba a marcarlo de por vida como «persona non grata» para ser un receptor idóneo del Premio Nobel de Literatura.

Tomando como fuente el periódico La Tercera (LT), de Santiago, comparto parte del mismo: «Hay un hecho que debe conformarnos a todos, a todo el continente, y acaso a todo el mundo. En esta época de anarquía, sé que hay aquí, entre la cordillera y el mar, una patria fuerte. Lugones predicó la patria fuerte cuando habló de la espada. Yo declaro preferir la espada, la clara espada a la furtiva dinamita. Y lo digo sabiendo muy claramente, muy precisamente, lo que digo. Pues bien, mi país está emergiendo de la ciénaga, creo, con felicidad. Creo que mereceremos salir de la ciénaga en que estuvimos. Ya estamos saliendo, por obra de las espadas, precisamente. Y aquí ya han emergido de esa ciénaga. Y aquí tenemos: Chile, esa región, esa patria, que es a la vez una larga patria y una honrosa espada».

    

                   

                   

Borges y María Kodama, su esposa, su eterna compañera.

   

  

Transcurrida el acto universitario, el escritor tendría una reunión con el presidente Augusto Pinochet Ugarte, después de la cual tuvo una entrevista con la prensa, donde afirmó: «Yo soy una persona muy tímida, pero él (Pinochet) se encargó de que mi timidez desapareciera, y todo resultó muy fácil. Él es una excelente persona, su cordialidad, su bondad […] Estoy muy satisfecho […] El hecho de que aquí, también en mi patria, y en Uruguay, se esté salvando la libertad y el orden, sobre todo en un continente anarquizado, en un continente socavado por el comunismo. Yo expresé mi satisfacción, como argentino, de que tuviéramos aquí al lado un país de orden y paz que no es anárquico ni está comunizado».

En una ocasión, el académico sueco Artur Lundkvist, que fuera Secretario Permanente de la Academia Sueca, y, también, experto en literatura latinoamericana y responsable de la introducción de la obra de Borges, llegó a afirmar, en un encuentro que tuvo con el escritor chileno Volodia Teitelboim, autor del libro Los dos Borges, que «la Academia Sueca nunca le dará el Nobel a Borges». Y agregó: «La sociedad sueca no puede premiar a alguien con esos antecedentes». Teitelboim escribiría luego que semejante confesión le había sorprendido mucho. Supuestamente, un miembro de la Academia no puede expresarse en esos términos.

En el 2016, durante los eventos recordatorios de los 30 años del fallecimiento del escritor, su viuda, María Kodama, presidenta de la “Fundación Internacional Jorge Luis Borges”, con referencia a esa visita a Chile externó: «Él no fue invitado por Pinochet, sino por la Universidad de Chile», y justificó la presencia del dictador chileno en el acto, explicando que lo normal era que un presidente acudiese a una celebración así. «La gente es muy perversa, porque cuando un hombre como él recibe un doctorado, es protocolo que vaya el presidente del país».

Pese a que los miembros de la Academia Sueca afirman que no permiten la injerencia de cuestiones ideológicas en sus decisiones, María Kodama fue tajante con respecto a la única razón por la que Borges no recibió el Nobel de Literatura: «Todo el mundo sabe que fue una cuestión política».

  

  

  

  

  

  

 

 

 
       
   
    

Washington Daniel Gorosito Pérez (Montevideo, Uruguay, 1961). Periodista, poeta, ensayista y conferenciante. Catedrático de Universidad y columnista de análisis internacional y asuntos de defensa en periódicos de México, Uruguay, Argentina y Ecuador.

Su labor literaria ha sido reconocida con diversos galardones provinciales, nacionales e internacionales. Ente los últimos concedidos destacan el Premio Concurso de Cuentos “Líbano” y el Premio Concurso de Poesía “Profesor Nassime Hanna Nasser”, ambos otorgados en 2010 por la Sociedad Libanesa del Uruguay. Recientemenete, ha logrado un tercer lugar en el V Concurso Literario de Poesía y Narrativa “Espacio Mixtura 2016”.

En su repertorio como escritor hay que destacar los ensayos históricos Fray Bartolomé de las Casas: Un Quijote en América (1993) y José María Luis Mora, con su pensamiento cambió la Historia (1994), y los ensayos literarios Sor Juana Inés de la Cruz: Sin Tiempo en los Tiempos (1998) y Análisis de la obra Poética del Escritor José Gorosito Tanco (2001). Es autor también de diversas obras de creación, entre cuyos últimos títulos publicados cabe citar Palabras Perdidas (2002) y Letras Dispersas (2003). Ha participado como colaborador en antologías varias, como Así Cantan los Poetas (Tomo 1, 2006) y Antología de Microcuentos (Universidad Iberoamericana León e Instituto Cultural de León, México, 2009), entre otros títulos.

Es miembro de la Unión Católica Internacional de la Prensa (UCIP), Poetas del Mundo y Red Mundial de Escritores en Español (REMES).

   

   

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral. Edición no venal. Cultura. Sección 3. Página 14. Año XVIII. II Época. Número 12. Enero-Marzo 2019. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2019 W. Daniel Gorosito Pérez. © La imágenes se usan exclusivamente como ilustraciones del texto y han sido tomadas, a través del buscador Google, de sendas publicaciones digitales; los derechosm pues, que pudieran concurrir sobre ambas corresponde únicamente a su(s) creador(es). Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2019 Departamento de Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga & Ediciones Digitales Bezmiliana. Calle Castillón, 3. 29.730. Rincón de la Victoria (Málaga).

    

    

     

  

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