LA PRIMERA LECTURA de Hilos nos lleva hacia un lenguaje de grandes resonancias abstractas y relacionado con la epistemología. La poeta reflexiona sobre conceptos que trata de asegurar pero sobre los que permanece permanentemente la duda. ¿Hay permanencia de la carne herida? ¿O cicatriz? En el segundo verso nos dice que es esta la que existe, pero, más adelante, afirma lo contrario: “Tampoco”. ¿Y la herida en la mente? Siempre hemos entendido esta como el dolor más profundo, acaso la sensación de angustia. Pero no parece estar conforme la autora sobre el concepto de existencia o permanencia de la herida porque, llegando a un silogismo preciso casi en la línea del razonamiento de la lógica de Wittgenstein, «si hubiese cicatriz —dice la autora—, sería evidente».

 

La palabra como definidora de la herida profunda

Este axioma sobre la evidencia de la herida no siempre es así. Hay heridas tan profundas en el ser humano que no se manifiestan, puede pensar alguien con toda lógica. Pero es un razonamiento que no comparte la autora, porque siempre existirá algo que nos delatará. Y, como si siguiera a Wittgenstein en ese razonamiento, hay algo profundo que nos delata y se manifiesta en el lenguaje. Nuestro lenguaje, nuestra palabra puede definir esa herida y manifestarla, pero, a veces, puede no haber “palabras suficientes”. Acaso porque no exista la “cosa”.

Es una reflexión que nos conduce a la esencia del dolor y sus manifestaciones sobre el que incide la autora reflexionando sobre su esencialidad, e indagando en la epistemología de su razón de ser.

  

 

 

Chantal Maillard nació en Bruselas (Bélgica) en 1951 y reside en Málaga desde 1963. Después de doctorarse en Filosofía, en otoño de 1987 marcha a India, donde se especializa en Filosofías y Religiones de India. Su dedicación a la cultura hindú se refleja en numerosos ensayos, poemarios y artículos periodísticos.

(Imagen: ElEspañol.com)

  

  

La mente acusa sentimientos

Sus afirmaciones dan paso a la duda y a un nuevo axioma con el que va hilando su hilo de Penélope. Así parece la escritora, una hilandera que teje y desteje el pensamiento al mismo tiempo. Si con seguridad afirma, con seguridad niega y siempre va quedando un apósito de duda. Eso se manifiesta también en el uso de algunos términos. Cuando emplea el verbo “acusar” para decir que «la mente acusa sentimientos: segrega». ¿Qué quiere decir con acusar? Podemos encontrar hasta once entradas en el diccionario con este término: señalar a alguien culpa, delatar, notar, reconvenir, revelar…

Entendemos que quiere decir revelar, pero también puede poseer muchos otros valores semánticos y, aplicado al concepto “hilar”, nos da a entender puede ser discurrir, trazar o inferir. Pero parece que ni siquiera en esto de nuevo la autora está de acuerdo, porque para ella «solo hay hilo», pero como saliva, es decir, un excretor que nos permite deglutir lo sustancial.

Y a medida que va construyendo el pensamiento, la gramática textual nos permite construir el significante del mismo en una aleación de términos adheridos semánticamente en un campo de significación. Si la saliva determina una función, la boca seca facilita su antítesis.

Ese hilo que nos va conduciendo como Ariadna por el laberinto de las significaciones concita también imágenes del cuerpo si antes lo hacía de su herida o no, de su mente o no. Es un hilo conductor, un hilo facilitador, que cumple una función, como mecanismo.

  

 

 

Chantal Maillard ha sido profesora titular de Estética y Teoría de las Artes en la Universidad de Málaga, donde impulsó los estudios de Filosofía y Estética Comparadas. Abandonó las clase en el 2000, y, a partir de entonces, se dedica plenamente a la escritura.​ Su poemario Matar a Platón (Tusquets Eds., Barcelona, 2004) fue distinguido con el Premio Nacional de Poesía 2004.

(Imagen: MundoDiario.com)

  

  

Ser y parecer ser

Y en él surge una necesidad. Cuando el cuerpo, cuando la mente están faltos de algo, carestía sienten “hambre”. El hambre es un término que significa una carestía. La palabra no denota una significación en el texto sino que connota permanentemente. Cuando Maillard plantea estas disquisiciones, me está recordando a Wittgenstein en su obra Sobre la certeza. Decía que «del hecho de que a mí —o a todos— me parezca así no se sigue que sea así. Sin embargo, es posible preguntarse si tiene sentido dudar de ello». El concepto de ser y parecer ser y el concepto de duda. No basta aseverar, dirá Wittgenstein, sino que «la aseveración “lo sé”, no basta. Porque no es más que la aseveración de que (ahí) no puedo equivocarme: que no me equivoque en esto ha establecerse de un modo objetivo».

 

La duda y su antítesis

Como vemos, estas reflexiones van en la misma línea de Maillard. Y como consecuencia. En su pensamiento siempre existen las consecuencias, impera la necesidad de levantarse como una experiencia objetivadora, de acción, de resolución de una duda. El levantarse no implica necesariamente un acto, sino que puede implicar un razonamiento constructivo en una línea creciente. En esa movilidad conceptual, la autora se sitúa en una habitación. Siempre una habitación es el receptáculo que nos habita, como el cuerpo, e inmediatamente en ese espacio imaginario que es nuestro propio ser, nuestro propio cuerpo, el efecto del teclado en movimiento puede significar esa búsqueda, esa resolución, esa prueba fehaciente, ese “establecerse de un modo objetivo”, que dice Wittgenstein. Al fin y al cabo, el teclear es una forma de crear y, en consecuencia, de resolver, de levantarse. Sin embargo, como decía en el verso anterior: ¿para qué? Y, más abundantemente, ¿para qué el para qué? Que significa la duda y su antítesis. Porque, como estamos apreciando, esta siempre está presente como instrumento para la reflexión permanente.

  

 

 

Portada de Hilos (Tusquets Eds., Barcelona, 2007), poemario que fue galardonado con el Premio Nacional de la Crítica 2007 y el Premio Andalucía de la Crítica 2008.

(Imagen: es.WallaPop.com)

  

  

Siempre queda el hilo

Llega un momento que posiblemente no lleguemos a esa objetividad de Wittgenstein y no reconozcamos, en el sentido de que identifiquemos una identidad.

Si quedar es “estar en un lugar”, permanecer es “mantenerse”. Si estos dos términos tienen sus matices frente al antitético de marcharse, el nuevo que llega para afirmar la partida, la salida de esa habitación, de ese receptáculo, de ese ser en sí. Pero en esa ida no todo se va, siempre queda el hilo como curso o evolución de una cosa, como continuidad en el interior de uno siempre y cuando establezcamos (la duda siempre persistirá) qué entendemos por “uno”. Decía Wittgenstein en su obra Tractatus logico-philosophicus que «solo puede existir duda donde existe una pregunta, una pregunta solo donde existe una respuesta, y esta, solo donde algo puede ser dicho».

  

  

  

  

  

  

  

  

Francisco Morales Lomas (Campillo de Arenas, Jaén, 1957). Licenciado en Filosofía y Letras, y en Derecho por la Universidad de Granada; Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Granada; Catedrático de Lengua Castellana y Literatura y Profesor Titular de la Universidad de Málaga. Es Académico de la Academia de Buenas Letras de Granada, de la Academia de Artes Escénicas de España y de la Real Academia de Córdoba. Poeta, narrador, dramaturgo, ensayista, columnista y crítico literario perteneciente a la “Generación de la Transición”.

Su poesía ha sido definida como fiel representante del “Humanismo solidario”, por su compromiso personal y sus valores estéticos, y su teatro pertenece a la corriente literaria llamada “Canibalismo Dramático”. Es especialista en literatura española de los siglos XX y XXI. Es miembro fundador de la corriente “Humanismo Solidario”, cuya Asociación Internacional Humanismo Solidario preside desde su fundación.

En la actualidad es Presidente de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios (AAEC), Presidente y fundador de la Asociación Internacional Humanismo Solidario (AIHS), Vicepresidente de la Asociación Colegial de Escritores de España (Andalucía) (ACE-A), Vicepresidente de la Asociación de Dramaturgos, Investigadores y Críticos Literarios de Andalucía (ADICTA).

Entre los reconocimientos que ha recibido figuran haber resultado Finalista, en los años 1998, 1999 y 2002, del Premio de la Crítica; Premio Doña Mencía de Salcedo de teatro 2002; Finalista del Premio Nacional de Literatura (Ensayo), en 2006; Premio Andalucía de la Crítica en 1998; Premio Joaquín Guichot de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía; Premio de Periodismo del Ministerio de Economía; y Premio Internacional de teatro José Moreno Arenas 2013, entre otros.

Ha publicado una cincuentena de títulos hasta el momento, muchos de los cuales han sido traducidos a varios idiomas. En este sentido, cabe destacar, entre sus últimas obras líricas, los poemarios Noche oscura del cuerpo, Col. Ancha del Carmen, Ayuntamiento de Málaga, 2006; El agua entre las manos, Col. Aula de Literatura José Cadalso, Fundación Municipal de Cultura ‘Luis Ortega Brú’, San Roque, 2006; La última lluvia, Eds.  Carena, Barcelona, 2009; Elogio de la rutina, antología, Ayuntamiento de Roquetas de Mar, Almería, 2010; y Puerta del mundo, Eds. En Huida, Sevilla, 2012.

Dentro del género narrativo, entre sus últimos títulos publicados cabe citar, por orden cronológico de publicación, La larga marcha, novela (Ed. Arguval, Málaga, 2003), Candiota, novela (Ed. Sarriá, Málaga) y El extraño vuelo de Ana Recuerda, novela (Alhulia Ed., Granada, 2007), que conforman su trilogía sobre la Transición española; El secreto del agua, relato, «Gibralfaro», 79, enero-marzo 2013; Bajo el signo de los dioses, novela (Alcalá Grupo Ed., 2013), primera entrega de su trilogía sobre el Siglo de Oro «Imperio del Sol»; Comenzar el futuro, relato, en «Cuentos engranados» (Coords. Carolina Molina y Jesús Cano), Ed. Transbooks, 2013; Cautivo, novela (Ed. Nazarí, Granada, 2014), segunda entrega de la trilogía «Imperio del Sol»; En algún lugar del corazón,  relato, publicado en «Cervantes tiene quien le escriba», Eds. Traspiés, Granada, 2016; y Puerta Carmona, novela (Ed. Quadrivium, Girona, 2016), tercera entrega de la trilogía «Imperio del Sol»; El viento entre los lirios, Colección DRelatos, Eds. En Huida, Sevilla, 2019, y La edades del viento (Eds. Dauro, Granada, 2020), la que, por ahora, es su última novela.

En el campo de la dramática, cuenta, entre otras aportaciones, con títulos como «El encuentro», en III Certamen de teatro Dramaturgo José Moreno Arenas, Eds. Carena, Barcelona, 2012; «El desahucio», V Premio de teatro Dramaturgo José Moreno Arenas, Eds. Carena, Barcelona, 2014; y las distintas obras aparecidas en los títulos genérico de Teatro Caníbal Completo, volúmenes I, II, III y IV, Eds. Carena, Barcelona, 2015-2018.

Y ya, por último, en el campo de la crítica literaria, cabe citar: La lírica conmovedora de Francisco García Lorca, discurso de entrada en la Academia de Buenas Letras de Granada, Academia de Buenas Letras de Granada, 2015; Poetas del ’60. (Una promoción entre paréntesis), en colaboración con Alberto Torés, Ed. El Toro Celeste, Málaga), 2015; Poética machadiana en tiempos convulsos. Antonio Machado durante la República y la Guerra Civil, Ed. Comares, Granada, 2017; Ser y tiempo, Antología poética de Emilio Prados, estudio, edición y selección de F. Morales Lomas, Fundación Málaga, Número 24 de la Colección Cuatro Estaciones, Málaga; La poesía de Vicente Aleixandre. Cuarenta años después del Nobel, en colaboración con Remedios Sánchez, Ed. Marcial Pons, Madrid, 2017; y El hilo de Ariadna. Literatura y críticas contemporáneas, Servicio de Publicaciones de la Fundación Unicaja, Málaga, 2018.

Como columnista, ha colaborado en diversos medios, como SUR, La Opinión de Málaga, Ideal, Diario Málaga, Diario Siglo XXI, Wadi-as y Diario La Torre​.

Podéis conocer sus últimas creaciones a través de su web «MORALESLOMAS» y el blog «MORALESLOMAS».

    

    

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral. Edición no venal. Sección 3. Página 12. Año XIX. II Época. Número 106 EXTRA. Enero-Junio 2020. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2020 Francisco Morales Lomas. © Las imágenes han sido tomadas de diferentes sitios de Internet a través del buscador Google, solo se utilizan como ilustraciones del texto y en cada caso se indica su procedencia, por lo que cualquier derecho que pudiese concurrir sobre alguna pertenece a su(s) creador(es). Diseño y maquetación: EdiBez. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2020 Departamento de Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga & Ediciones Digitales Bezmiliana. Calle Castillón, 3, Ático G. 29730. Rincón de la Victoria (Málaga).