N.º 79

ENERO-MARZO 2013

3

    

    

   

   

   

   

   

CALIFORNIA

   

Por Enrique Trenado Pardo

   

   

  

C

orre más, Seeley. Tienes que darte prisa, me decía, empujándome a puntapiés cuando, por cansancio y sed, se me ocurría clavar las rodillas y las manos en la tierra árida del Sonora. Vamos, Seeley. Si no te das prisa, nada de esto habrá servido para nada. Será muy tarde.

Sí, Gretchen. Correré. Sí, Gretchen. Por si no te has dado cuenta, no sé hacer otra cosa últimamente.

Pero esto me salió sin resuello ni voluntad. Ni siquiera estoy seguro de haberlo dicho. Una racha de viento me llenó la boca de arena.

Entre la punta dorada de sus botas y los aullidos cercanos de los coyotes, encontraba la fuerza para levantarme de nuevo y correr, correr como no he corrido nunca, y como dudo que alguien alguna vez haya corrido por esa tierra. El desierto se levantaba a nuestro trote.

Cuando Gretchen me dejaba parar a tomar el aire, me preguntaba qué tal seguían las cosas por Sacramento, o si seguía dejándome caer por Arizona. Si todavía le tenía fobia a Los Ángeles y qué me había hecho a mí el star system, si todo el mundo estaba encantado con él y daba mucho trabajo. Hablaba de esto con mucho temple, con aplomo, apoyando los hombros o la espalda en los cactus que se encontraba, según terciara. Tampoco se le inquietaba casi nada el gesto cuando mencionaba, siquiera de pasada, el asunto del cuerpo.

¿Está muy lejos?, le pregunté o, más bien, imploré. Meneó un poco la cabeza hacia lo que creo que era el sur. Poca cosa, respondió, depende de cuánto odies a tus pulmones.  Dejó caer el cigarrillo y lo aplastó con fuerza. No quedó nada de humo. Las ratas acudieron a escarbar cuando nos fuimos.

Volvimos a correr, y mucho. Los grillos parecían romperse a nuestro paso, y los zorros nos miraban pasar. Bajamos, trepamos, resbalamos, comí más tierra, probé más botas. Durante tramos habría dado la vida por sacarme los pulmones y vivir sin aire. En otros, lo que eché de menos fueron repuestos. Al final, en una de las veces que me desplomé al suelo, con la lengua rozando la arena, Gretchen me dio otro puntapié y caí rodando por una ladera, arrastrando tierra, roca y varios dientes de león que se me quedaron enganchados entre la ropa.

                             
 

El montículo, aunque muy pequeño, destacaba entre toda la comitiva de cactus, que hacían de perfecto velatorio.

 

Cuando alcé la cabeza, me recibieron los cactus saguaros, como en corro, mirándome e inclinándose hacia mí. A mi lado, Gretchen me indicó con un cabeceo que continuara. Ya estamos, Seeley, buen chico. Y, mientras me arrastraba, saqué el revólver y lo alcé sobre mi cabeza. Ella se echó a reír. Rió mucho.

El montículo, aunque muy pequeño, destacaba entre toda la comitiva de cactus, que hacían de perfecto velatorio. A su alrededor había tiradas varias colillas y cigarrillos consumidos. De la tierra mal amontonada, sobresalían algunos dedos, algunos cabellos y las puntas doradas de un par de botas. Arrojé el revólver y me acerqué a cuatro patas, como los coyotes. En vez de aullar, empecé a escarbar. En lugar de esconder huesos, quería sacarlos.

Mientras yo excavaba con las manos desnudas y las uñas rotas, Gretchen se encendió otro cigarrillo a mi lado. No prestó mucha atención a nada de lo que yo estaba haciendo hasta que desenterré un brazo y tiré de él para tratar de sacar el resto. Apenas se veía pese a la fuerte luz de la luna, pero bastó para reconocer el rostro. Gretchen me puso una mano en el hombro y luego me revolvió el pelo arenoso.

Lo ves, Seeley. Lo ves. Me sigues necesitando, después de todo. Nunca me habrías encontrado sin mi ayuda.

   

   

ENRIQUE TRENADO PARDO (Granada, 1989). Estudia Derecho en la Universidad de Granada. Su labor creativa se extiende esencialmente por la narrativa corta, con un variado abanico de géneros. Colabora habitualmente en diversas publicaciones tanto digitales como físicas. Está en proceso de buscar difusión para su libro Ciencias Aplicadas. Su campo de investigación comprende la “Matemática discreta” y otros aspectos similares.

    

    

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral de Cultura. Año XII. II Época. Número 79. Enero-Marzo 2013. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2013 Enrique Trenado Pardo. © Las imágenes, extraídas a través del buscador Google de diferentes sitios o digitalizadas expresamente por el autor, se usan exclusivamente como ilustraciones, y los derechos pertenecen a sus creadores. Diseño Gráfico y Maquetación de la edición en CD: Antonio M. Flores Niebla. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2013 Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga.