Para ser opio, Dios,

me tienes bien despierto

con gorriones de acera

cantando salmos nuevos,

con borrachos que piden

bocadillos y euros,

con el Nilo que insiste

en cruzar el desierto.

Las pestañas de un niño

apuntan a tus dedos

y el ciprés se separa

cada vez más del suelo.

Las mareas esconden

tus lunas y mis miedos

y en el vuelo de un grajo

me has inspirado un verso.

Tú siempre tan callado,

hablando en el silencio.

  

JESÚS COTTA: “Habla de ti el silencio”, de Gorriones de Acera, (2022).

  

  

  

LA POESÍA ES vívida expresión de lo vivido. Pero, cuando lo que se presenta al lector es la vivencia misma de una visión positiva y, además, se le prenden los flecos de su manto para que sus destellos iluminen al lector, lógico es comenzar a hablar más de luz que de mero arte literario. Sí, porque hablar de la luz para referirnos a la obra poética de Jesús Cotta es una exigencia irrenunciable. Y lo es por forma y por contenido.

    

Forma y contenido, poética y lirismo, una suerte de magnetismo que inducen al lector a una lectura irrenunciable

Esta observación no es baladí en modo alguno: el poemario de Jesús Cotta no irradia cualquier luz, sino la luz misma del día. De modo que, al igual que los niños se complacen en sus juegos a la luz nítida de las mañanas estivales y los insectos nocturnos se lanzan en tropel atraídos por los puntos lumínicos de nuestras viviendas, así también la expresión poética y el contenido lírico de Gorriones de Acera proyectan sobre el interés del lector una suerte de magnetismo que lo inducen a su lectura irrenunciable.

Este poemario es luz radiante, luz que lleva en su substancia corolas de jacarandas. Está hecho de luz servida en vidrieras, candiles, faros y soles. Este poemario brilla plagado de iridiscencias. Y, consecuentemente, contagia alegría, y alegría por la vida, así, como está, como nos toca, con todas sus sombras, con todas sus hieles, con todos sus gritos, con todas sus luciérnagas y todas sus mariposas de la col.

 
 

 

Jesús Cotta Lobato (Cártama, Málaga, 1967), profesor de latín y griego, y prolífico escritor, es autor, entre otras obras, de los ensayos Ulises y las sirenas. El dilema de la infidelidad (Paréntesis, 2009) y Manual de ayuda contra los libros de autoayuda (Fundación ECOEM, 2011); los poemarios Menos la luna y yo (Isla de Siltola, 2013) y Niños al hombro (Cypress A. C., 2020); la novela Las vírgenes prudentes (Mono Azul, 2005) y la biografía histórica Rosas de plomo. Amistad y muerte de Federico y José Antonio (Stella Maris, 2015). (Imagen: Agapea.com)

  

  

Poesía que se duele y se lamenta hasta explotar de indignación, pero que enciende luces interiores

Jesús nos enseña en estos versos cómo iluminar todas esas tinieblas que falazmente parecen ser esencia connatural de algunas cosas. Porque no se trata de una obra que, sin más, cante caprichosamente a un optimismo no sustanciado o inmotivado. Tampoco cae en el error de fingir ilusión por lo negativo. Cotta nos muestra cómo lo oscuro es, en realidad, una zona que ha quedado fuera de la iluminación que exige su contemplación.

En estos poemas, el autor se duele también como todo hombre, pero se duele con mayúsculas. Se duele y hasta se indigna cuando habla de la miopía de quien no ve a Maritornes (y, por extensión, a las maritornes) como debe verla un hombre, llegando a explotar en el poema que así titula:

¿Qué ensuciaba los ojos de los hombres

que no veían a la niña

llevada por su padre a hombros,

concebida al amparo

de un macizo de hortensias?

  

O expresa su pesar respecto a desgracias candentes:

En mi lágrima flotan los muchachos ahogados

Pero se duele encendiendo las luces interiores. Y así logra que aquello que se nos presenta profundamente triste resulte brillante en extremo, promisorio de esperanzas, reconfortante y auspicioso.

  

Poemario de amplia temática, aunque desde una visión profunda que hermana lo clásico y lo cotidiano

La temática que aborda este autor malagueño es amplia, aunque siempre desde una visión profunda. Algunos de los temas son clásicos en poesía y responden tanto a realidades cotidianas como a preguntas universales (agua, Eros, el origen de las cosas y del hombre, etcétera), pero planteados desde la frescura de una nueva poética, como si el poema hubiera surgido de un arrebato flamenco.

Hay también ocasiones en las que se revela contra la inercia improductiva, la carencia de imaginación y la mediocridad, con evidentes críticas contra afirmaciones que algunos arrastran sin saber por qué ni desde no se sabe cuándo:

Para ser opio, Dios,

me tienes bien despierto

con gorriones de acera

cantando salmos nuevos

con borrachos que piden

bocadillos y euros

Desde el criterio de la estética literaria, plantearse incluir en la expresión lírica la esperanza y el amor que la engendra como soporte de una crítica feroz contra lo negativo, es un controvertido problema cuya solución nos resulta a muchos un misterio. Y, sin embargo, nuestro autor logra superar este complicado asunto de forma satisfactoria, como podemos leer en el poema “La Arpía”.

  

Una pincelada de humor

Una pincelada adicional sobre algo no muy usual en una obra poética: sentido del humor —incluso a su propia costa— que emplea, por ejemplo, para hacerle creer al lector que va a abordar su melancolía por el paso del tiempo:

A mis veinte años

qué matorral de pelo en la cabeza

Aunque luego resultará que hablaba de algo muchísimo más profundo y universal —que me abstendré de desvelar aquí—. ¿A quién no le gusta un giro inesperado en los acontecimientos?

  

Un mundo de disonancias sustentado en la armonía

Los elementos naturales, que surgen como plántulas en sus versos abrileños, conforman un mundo que incluye no solo lo vivo, sino también lo atmosférico y mineral, y así toda suerte de astros, constelaciones y conceptos astronómicos, que Jesús Cotta inserta con destreza. Pero este mundo que pergeña no es (solo) un mundo idílico, imaginario o remoto. Es este, este mismo mundo que nos lanza a él y nos acoge después con sus incertidumbres, con sus falsos dioses antiguos, con sus brisas, con sus humanos, con sus aves... Como si todo estuviera en una armonía que es sustento de las disonancias, tan solo aparentes.

Destaca en todo el recorrido el manejo de las imágenes tanto como el de la sutileza, y esta última provoca una continua sensación de estar recibiendo la brisa conforme se avanza en la lectura.

 

Título: Los gorriones de acera

Autor: Jesús Cotta

Distinción: Premio Internacional de Poesía ‘Antonio Oliver Belmás’ (XXXV edición)

Entidad organizadora: Universidad Popular

Editorial:  Editorial Pre-Textos

Colección: Poesía, 1747

Plaza de edición: Valencia

Fecha de publicación: 23 febrero 2022

Formato: tapa blanda; 14 x 22 cm

72 páginas

  

  

Un poeta que ama, hasta causar en el lector la sorpresa de que ama lo mismo que el autor

El autor desnuda su alma en esta obra. Pueden argüirse muchas cosas sobre esa desnudez —esta responsabilidad incumbe solo al lector—, pero algo que sí podemos evidenciar en las líneas actuales es que este poeta ama. Ama hasta producir en el lector la sorpresa de encontrarse, de repente, amando lo mismo a lo que el autor profesa su amor: maritornes, borrachos, estrellas, hogares ajenos o hacedores del bien. El lector no tiene por qué creer esto desde luego, pero puede comprobar si es verdad con una lectura pausada, por ejemplo, del poema “Tu Talón de Aquiles”. Claro, al amar, surge la admiración por el mundo, el dolor paciente y callado, y, muy especialmente, la luminosa alegría y la gratitud. Quizá en ese espacio del amar habite una de las claves de este poemario (al margen del dominio técnico que los textos evidencian).

Es frecuente que en las reseñas se haga alusión a aspectos como si el autor se ajusta a la métrica clásica o, por el contrario, hace uso del verso blanco; se deje constancia de si el poemario ha sido distinguido con algunos premios, enfatizando aquel galardón que comporta mayor renombre, entre otros datos relativos al poeta. Pero estos detalles no se me antojan relevantes en absoluto para el lector, que es, a fin de cuentas, para quien escribe un autor. Prescindimos, pues, de este hábito, subrayando, como contrapartida, el gran interés que ha despertado en nosotros Gorriones de Acera, una gran obra poética, un gran libro de poesía que se propone transmitir algo esencial y de forma única, y eso lo logra con creces, sin lugar a dudas, Jesús Cotta en esta propuesta.

Aunque solo sea a modo de nota anecdótica, creo necesario dejar constancia de que, al concluir la lectura del poemario, uno se siente dominado por la rara sensación de que, en un gesto de agradecimiento, ha adquirido el compromiso de dedicarle al autor los versos con que cierra su obra… Esos versos que dicen:

a ti, todos mis versos, a ti toda la gloria

  

Concluyendo

Un poemario, en definitiva, cuyos versos se inmiscuyen en el interés del lector hasta el extremo de no permitirle un paso a la indiferencia ni a la intención de posponer su lectura: cada página va a impulsarle, como arrastrado por una suerte de ritual, a la toma de contacto con el conjunto conforma el libro, cual —debo confesarlo— ha sido el caso de quien redacta estas líneas, que se ha sentido motivado a volver de nuevo a él y releerlo unas cuantas veces más.

    

Elías D. Dana Sánchez. Quince de mayo del Año del Señor de dos mil veintidós. Laus Deo.

   

   

   

   

   

   

  

Elías D. Dana nació en la mitad de un estío. Desde entonces se ha movido lo necesario. Varias son sus aficiones y necesidades, pero aletean alrededor de la naturaleza y el texto breve y, sobre todo, del anhelo de calma, de nube, de trino. Escribe y escribe por alguna necesidad que desconoce y, a veces, por clara disconformidad frente a lo que acontece. Ha tenido la suerte de poder realizar algunas contribuciones en diversas revistas de creación o análisis literario. Ama, de eso sí tiene seguridad…, a veces.

Ha participado en más de un centenar de publicaciones relacionadas con la ciencia, la técnica y la literatura en revistas y libros nacionales e internacionales. Es el editor de la revista electrónica lírica Letras divinas, que da cabida a diversos estilos (poética, prosa, etc.).

Recientemente, a través de Ediciones Dehesa, ha publicado los poemarios Trazos de haiku (2020) y De noches y amarillos (2021), que nuestros lectores pueden descargarse gratuitamente pulsando sobre esta dirección electrónica:

Ediciones Dehesa

   

   

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral. Sección 3. Página 14. Año XXII. II Época. Número 113. Octubre-Diciembre 2022. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2022 Elías D. Dana. Depósito Legal MA-265-2010. Diseño y maquetación: EdiBez. © 2002-2022 Departamento de Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte. Universidad de Málaga & Ediciones Digitales Bezmiliana. Calle Castillón, 3, Ático G. 29.730. Rincón de la Victoria (Málaga).

   

   

   

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