LOS   MIEDOS

ah los terrores que nos visitan de noche

que no se ocultan del día

los que no inspiran ninguna cosa grande

ningún desconocido continente pisado recién

          el borde

ni tampoco un leal enemigo

francamente buscado en una tapia

ni el asombroso eclipse que deja el mediodía en

          sombra

ni un terrible Señor de los  Ejércitos

en desiertos abrasados por el sol de los pueblos

          aventureros

  

ah los miedos los pequeños miedos de pequeños

          hombres

no los miedos que eran a su modo honra de un

          animal

desnudo en la enorme extensión de cosas

          que no tenían nombre

no a estar solo y de pie

entre un inmenso campo y un inmenso cielo

no a la sombra adornada de ojos fosforescentes

a la muerte de noche

entre los dientes del animal más bello de la tierra

una muerte de hombre

no a la caída propiciada por el rayo

al torrente al alud al fuego de la tierra

ni al otro fuego prometido debajo de la tierra

  

ah los miedos que no origina

un dios terrible salido de la foresta

ni un pariente medieval con su cohorte de brujas

          y de fetos

no el sudor frío frente a frente espada contra

          espada

flecha contra winchester dardo contra lanza

ha cambiado la muerte de palabras

no es la certeza de una lluvia ardiente

ni el pronóstico que un insecto lleva entre raíces

al fin también una buena causa como la antigua

          peste

  

ah los miedos que tú conoces

y que son los míos exactamente esos

no se ocultan debajo de la cama

no precisan el crujir de la madera el aullido de

          nada

pueblan nuestros sueños de rostros y de notas

ellos duermen y caminan con nosotros

beben se alimentan vuelven siempre.

  

  

  

  

LO QUE DECÍA EL POETA

  

«Soy tu enemigo que no tendrá piedad.

Guerra te llamaré y tomaré

contigo las libertades de la guerra.

Y en mis manos, tu rostro oscuro y atravesado,

en mi corazón el país que

ilumina la tormenta.»

IVES BONNEFOY (1923-2016)

   

Tempranamente nos lanzaba la noche

sus grandes ojos de diosa

había en esas calles otra luz

que no conoce el día

y nada ni nadie sabía de la muerte

venías detrás de ti larga y enigmática

presencia donde me reconozco

otros canten la gloria de lo evidente

y harán lo justo

yo viviré siempre

en esta piel estas manos,

y este cuerpo

bañado por otra luz otra presencia.

Otra guerra hay que la del pan

otra embriaguez que la del vino

otra tierra hay en esta tierra:

Eterna es nuestra primavera.

  

  

  

  

EL URO

Detrás del tiempo un animal me mira:

él sabe lo que escribo porque antes de mí

ya ha sido un nombre.

  

          Es el uro.

Fantasea quien

lo toma por el toro.

A veces es un pájaro, un río, el viento

y a veces es un algo que deja en las ramas

grandes manchas de sangre y un paso

que se aleja macizo e invisible.

No lo vulnera el hacha ni la piedra

de una arcaica Europa que aún no sueña

con forjar metales y la Historia.

  

          Es el uro.

A veces es un hombre

que huye de sí mismo.

Un animal pensante que añora volver al bosque

del eterno presente a las pasiones soberbias,

a la ira, a la furia y a la muerte violenta

del dominio y el celo.

  

          Es el uro.

En sus ojos rojizos

hay un algo execrable.

Nos aterra que vuelva y que vuelva

Dionisos con su corte de faunos

y el terror y la noche derrumbando ciudades,

sumiéndonos en el fuego de los dioses

hambrientos que reclaman la tierra, la luz,

el aire. Las imaginaciones.

  

          Es el uro.

En la linde de las ciudades

todo esto cabe entre sus cuernos.

Allí donde recuerda, una por una,

las traiciones del hombre.

No rumia venganzas, no planea

surgir en la cómplice noche a cobrarse

el desquite con sus dos puñales, si el terror

del retorno no bastara para matar a un hombre.

No se mata a los muertos.

  

          “Soy el uro.

Zeus usó mi forma para raptar a Europa.

He visto, inmutable, en el rodar de las estaciones,

pasar a los fenicios, los partos y los griegos.

El tiempo es un solo día. Maté a un inmortal

en la aurora y en Sumeria y a mediodía

me describió Plinio el Viejo, entusiasmado.

Cartago duró una hora; Roma, quizá dos.

El  niño Lutero me temía: ya era una leyenda.

Creyó extinguirme un cortesano del siglo

diecisiete: la tierra que lo cubre tienen

a su estirpe, su esposa y su palacio.

Ese es el hombre: polvo que tragan las colinas.

  

          Soy el uro,

          lo real. Él es imaginario”.

  

  

  

  

A MARCEL SCHWOB

Ese espléndido encaje de terrores lujosos,

esa trágica risa que viste en los días

sobre hombres y cosas, no abandonó

el mundo contigo, Marcel Schwob.

  

Evocarte es una tarde en tus libros, mía,

y una noche de escritorio, tuya:

el tiempo, que es el mismo, confunde oscuridades.

Nadie descubre nada, tan sólo desentierra

secretos olvidados, verdades descartadas.

  

¿Ves? Esta es la mujer que amo:

no ha leído tu Monelle que es su hermana,

no conoce tus Vidas y como la de todos,

la suya es imaginaria.

Sus horas completan mis tardes, tus palabras.

Entre nosotros tres hemos pactado:

ninguno sabe qué, cómo ni cuándo.

 

  

  

De su poemario Mitologías. La balada de la mujer perdida. Ediciones Último Reino, Buenos Aires, 1983.

  

  

  

                             

  

  

  

   

   

Luis Benítez (Buenos Aires, Argentina, 1956). Poeta, narrador, ensayista y dramaturgo, su trayectoria estética se inscribe en la generación argentina de poesía de los años 1980, caracterizada por una exploración formal y temática que confronta tradición y contemporaneidad en la lírica hispanoamericana. Reside en Buenos Aires y ha desarrollado una obra literaria extensa y diversificada, que ha sido publicada en múltiples países, traducida a varios idiomas y objeto de estudios críticos dentro y fuera del ámbito hispánico.

Benítez se inserta en una tradición literaria que combina la poesía con la narrativa y el ensayo crítico. Su obra refleja tanto una preocupación por el lenguaje poético como una indagación sobre la memoria, la identidad y la experiencia estética contemporánea. Ha establecido vínculos con instituciones literarias internacionales y participa activamente en asociaciones de escritores y poetas.

Miembro de la Academia Iberoamericana de Poesía, Capítulo de New York, USA, con sede en la Columbia University; ha recibido el título de Compagnon de la Poèsie de la Association “La Porte des Poetes”, con sede en la Université de La Sorbonne, París, Francia; y es miembro de la Sociedad Argentina de Escritores y de la Fundación Argentina para la Poesía.

La producción bibliográfica de Luis Benítez es amplia; abarca poesía, narrativa, ensayo y teatro, y ha sido publicada, de forma principal, en Argentina, Chile, España, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia, México, Rumania, Suecia, Venezuela y Uruguay. Detallada en tres apartados principales, entre sus títulos cabe mencionar:

Poemarios: Entre sus obras poéticas más relevantes y representativas se encuentran Poemas de la Tierra y la Memoria (Ed. Stephen and Bloom, Buenos Aires, 1980), Mitologías. La Balada de la Mujer Perdida (Ed. Último Reino, Buenos Aires, 1983), Poesía Inédita de Hoy (introducción y selección, Ed. Nous, Buenos Aires,  1983), Behering y otros poemas (Filofalsía/Cuadernos del Zopilote, Buenos Aires, 1985/1993), Guerras, Epitafios y Conversaciones (Satura, Buenos Aires, 1989), Fractal (Correo Latino, Buenos Aires, 1992), El Pasado y las Vísperas (Universidad de los Andes, Venezuela, 1995), Selected Poems (antología traducida por Verónica Miranda, Luz Bilingual Publishing, Los Angeles, 1996), La Yegua de la Noche (Eds. del Castillo, Santiago de Chile, 2001), Una gran guerra habita las cosas. Lo mejor de Luis Benítez (antología poética, compilada y prologada por Gabriela Guerra Rey, Editorial Aquitania Siglo XXI, México D.F., 2022) y La vida entera. Una antología (antología poética, Pro Latina Press, Nueva York, EE. UU., 2023), entre otros títulos.

Ensayos de crítica: Juan L. Ortiz: El Contra-Rimbaud (Filofasía, 1985/1986), El Horror en la narrativa de Alberto Jiménez Ure (Universidad de los Andes, Venezuela, 1996) y Jorge Luis Borges: La tiniebla y la gloria (Ed. Lea, Buenos Aires, 2004).

NovelaTango del mudo (Ed. de la Plaza, Montevideo, 1997; reedición en Ed. Piel de Leopardo/Wordtheque, Buenos Aires, 2003).

Además, ha publicado numerosos poemas y estudios críticos, contribuyendo a la difusión de la literatura hispanoamericana contemporánea a través de redes culturales internacionales.

La obra de Luis Benítez ha sido ampliamente reconocida con premios tanto nacionales como internacionales. Entre los galardones más destacados se incluyen Primer Premio Internacional de Poesía “La Porte des Poètes”, (París (1991); Mención de Honor, Concurso Municipal de Literatura (Buenos Aires, 1991); Segundo Premio, Bienal de la Poesía Argentina (Buenos Aires, 1992); Primer Premio Joven Literatura (Poesía) de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat (Buenos Aires, 1996); Primer Premio del Concurso Internacional de Ficción (Montevideo, 1996); Primo Premio Tuscolorum Di Poesia (Sicilia, Italia, 1996) y Primer Premio de Novela “Letras de Oro” (Buenos Aires, 2003); Accesit 10.e Concours International de Poésie, París (2003); Primer Premio Internacional para Obra Publicada “Macedonio Palomino” (México, 2007/2008) y Tercer Premio Municipal “Ricardo Rojas” de Novela (Buenos Aires, 2022), entre otros.

Estos reconocimientos reflejan la recepción crítica y la valoración de su trabajo tanto en el ámbito de la poesía como en la narrativa y el ensayo. En 2024 se han publicado dos ensayos —el tercero y el cuarto de los editados en Argentina— sobre su obra poética: Luis Benítez, una poética de la indagación, del crítico y narrador Osvaldo Gallone, editado por la Fundación Victoria Ocampo (Buenos Aires) y Luis Benítez. Historia Nacional, del Profesor Juan Sebastián Rodríguez Maza, publicado por El Arte de Leer Ediciones (Mendoza Capital, Mendoza).

La crítica suele señalar en Benítez una voz versátil: su producción poética se inserta en debates formales y temáticos de la poesía argentina contemporánea, mientras que su narrativa y sus ensayos literarios muestran interés por figuras canónicas (por ejemplo, Jorge Luis Borges) y por la hibridación entre historia, música y memoria (como su novela Tango del mudo). Su obra se encuentra en colecciones y bibliotecas de varios países y ha sido objeto de entrevistas y estudios críticos.

   

  

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral. Edición no venal. Sección 2. Página 7. Año XXIV. II Época. Número 124. Octubre-Diciembre 2025. 2.ª edición (1.ª ed., pag. 5, No. 46, Diciembre 2006). ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2025 Luis Benítez. © Las imágenes que conforman el título han sido tomadas de una base de imágenes gratuitas. En caso de concurrir sobre las mismas algún tipo de derecho artístico, este corresponde únicamente al autor (-s) de las mismas. Diseño y maquetación: EdiBez. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2025 Departamento de Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga & Ediciones Digitales Bezmiliana. 29 730. Rincón de la Victoria (Málaga).

   

     

 

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