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«Cuando el amor se muere,

con él se muere el beso,

se mueren los abrazos,

las caricias prohibidas,

no se escucha un te quiero,

las promesas van al aire,

y el alma, cual cobarde,

se esconde en sus adentros».

ANEUDIS PÉREZ, “Cuando el amor se muere” (fragmento), 2010.

   

   

  

CUANDO EL AMOR MUERE

  

Efímero amor y larga vida

para seguir amando,

para caminar entre las dudas,

quitando espinas a la flor,

echando pétalos al viento,

provocando tormentas de color.

  

                Hoy miro atrás,

por si acaso se arrepiente.

  

Mi amor incierto

se oculta entre la maleza,

y se divisa su sombra,

diluida entre el follaje.

  

                            Pero no llega.

  

Ya no quedan flores en el campo,

he roto la primavera,

y no quiere regresar

para corregir el daño.

  

Han muerto mis ilusiones,

efímero desengaño prolongado

que me empuja por valles insospechados,

por el abismo sin fondo,

por el túnel sin salida,

por la nada.

  

El amor, cuando está muerto,

                   debe enterrarse

mezclado con deshechos,

y tapado con toneladas de miedo,

simulando un gran desierto

donde no puedan la vida

ni los cardos repoblarlo.

  

  

  

  

UNA TORMENTA DE AMOR

  

Una tormenta de amor

se ha fundido en un abrazo,

no éramos ni tu ni yo,

ni el viento descontrolado,

ni el eclipse de la luna con el sol.

  

Fue un abrazo imaginario

que se pasó por mi mente,

cuando esbozaba tu cara

                 en un retrato

y perfilaba tus labios.

  

Un silencio atronador

me despertó de mi sueño,

y salí de mi rincón

titubeando.

  

Me quemó la luz del sol,

cuando se abrió la ventana,

pero cuando oí tu voz,

me apresuré hasta la puerta,

comprobando que el abrazo,

                            fue real.

  

Terminado tu retrato,

lo miraste con cariño,

y con el carmín de tu boca,

lo besaste,

y yo salté, como un niño emocionado,

poniendo añil en tus ojos,

y rubor en tus mejillas.

  

Después no sé qué pasó...

  

  

  

  

QUÉ RARO

  

Qué raro

que siga intacto tu nombre.

No se ha borrado.

  

Ayer subió la marea,

hoy, la arena, ya reseca por el sol,

lo ha respetado.

  

La gente pasa despacio,

y procura rodearlo.

  

Qué raro.

  

Tu nombre vino a mi cita,

pero tú te has olvidado.

  

  

  

  

LA BARRERA DE LA VIDA

  

Rompiendo la barrera de la vida,

los límites del tiempo he traspasado,

la cima de mi monte he culminado,

buscando con ardor la fe perdida.

 

Diviso desde aquí la luz prendida,

en tu balcón de flores adornado,

desde que me marché sigue alumbrado,

pero en tu corazón brilla la herida.

 

Yo te ofrecí un amor puro y sincero,

pero llegó la sombra de la duda,

rompiendo poco a poco la pasión.

 

La nube negra hirió tu corazón,

resuelta, sin piedad y semidesnuda

soltó sobre nosotros su aguacero.

  

  

  

  

SE FUE LA SOLEDAD

  

Se fue la soledad por la mañana,

pero me siento solo todavía,

sin ver la claridad del nuevo día,

que no quiere pasar por mi ventana.

  

Se escucha el repicar de una campana,

y un pájaro entonar mi melodía,

empiezo a contagiarme de alegría,

aunque mi soledad sigue cercana.

  

Se fue la soledad, volvió la vida,

vinieron los recuerdos a mi mente,

y vuelven a nacer mis ilusiones.

  

El goce de vivir viejas pasiones,

que llega hasta mi vida de repente,

dejando esta apatía distendida.

  

  

  

  

CON ALAS DE ALBATROS

  

Con alas de un albatros voy volando,

rompiendo la barrera del sonido,

aunque esto te parezca un sinsentido,

al nido del amor ya estoy llegando.

  

Yo sé que tú me sigues esperando,

y veo desde lejos sorprendido

que esperas mi llegada en ese nido,

que con el corazón fuiste forjando.

  

Qué bella puede ser esta quimera,

pensar que somos aves, y en el vuelo,

jugamos a querernos sin engaños.

 

Qué hermosa es la escalera sin peldaños,

que tiene su final cerca del cielo,

donde te conocí por vez primera.

   

   

   

   

   

«El Amor y la Muerte», de Francisco de Goya y Lucientes. Caprichos, 10. Entre 1797 - 1799. Aguafuerte; Escoplo; Aguatinta bruñida. Papel verjurado. 306 x 201 mm. Procede de la colección Plácido Arango Arias. Donación de Plácido Arango Arias en 1991. Museo del Prado (Madrid).

  

  

  

  

  

Ángel Arquillos López

Linares (Jaén)

Informático, poeta

Estudioso e impulsor del esperanto

  

Ángel Arquillos López (Linares, Jaén). Afincado en Málaga desde 1980, ha trabajado en el Centro Informático del Ayuntamiento de esta ciudad durante 30 años. Aunque desde la infancia se ha sentido atraído por todos los géneros literarios, ha sido, sin embargo, la lírica el que más ha satisfecho su sensibilidad estética y donde su capacidad creativa se siente más a gusto.

Ha colaborando en varios boletines de asociaciones literarias y en diversos grupos y foros digitales, en todo caso de poesía, donde ha sido objeto de merecidos elogios por su bien hacer en la composición lírica. Asimismo, ha participado en varios concursos literarios y ha publicado en varias revistas del movimiento esperantista con poemas traducidos y originales compuestos en esperanto.

Recientemente, ha participado en la redacción del poemario de autoría grupal El libro de los Talleres, Edición XVIII (Editorial Dunken, Buenos Aires, 2012), en el que se incluye uno de sus trabajos.

Es autor de centenares de poemas y sonetos, tanto en la lengua internacional (esperanto) como en castellano, y ha publicado tres libros, uno en castellano con el título de Al son de mis sonetos y dos en esperanto, Mediteraneaj eroj y Mediteraneraj eroj II. Pronto publicará el tercer volumen de la serie y un segundo poemario en castellano.

Es redactor del Boletín de la Federación Española de Esperanto y el boletín de la la Asociación Andaluza Esperanto, de la que también es presidente.

Quienes estén interesados en conocer la asociación pueden visitar su blog, pulsando aquí: Asociación Andaluza de Esperanto.

   

   

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral. Edición no venal. Sección 2. Página 9. Año XXII. II Época. Número 114. Enero-Marzo 2023. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2022 Ángel Arquillos López. Diseño y maquetación: EdiBez. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2022 Departamento de Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga & Ediciones Digitales Bezmiliana. Calle Castillón, 3, Ático G. 29730. Rincón de la Victoria (Málaga).

   

   

   

 

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