N.º 77

JULIO-SEPTIEMBRE 2012

14

     

   

  

   

   

   

   

ASTRO CITY (2): CONFESIÓN

   

Por Manuel Collado Luque

«CLAYTON»

   

   

  

A

provechándome de parte del título de este escrito, he de confesar, ya que estamos, que no me gustó nada el primer tomo de «Astro City». Sí; lo vi como una lectura amena, en ciertos momentos original y medianamente interesante, pero sin la atracción suficiente como para desear conocer más sobre el particular mundo creado por Kurt Busiek, Brent Anderson y Alex Ross. La historia del «Samaritano», el principal héroe protagonista del primer arco argumental, tenía ciertas motas de interés, pero las historias breves y autoconclusivas, con otros héroes en el foco de atención y que fundamentalmente llenaban el susodicho tomo, no terminaron de satisfacerme. Al final, mi impresión de esta lectura se redujo a considerar a estos primerizos cómics como una somera introducción a este curioso universo y que, por tanto, eran sólo la punta de lanza de un desarrollo posterior de aquel. Por ello, cuando se me presentó la oportunidad de leer el segundo tomo en edición de Norma Editorial, no obstante el recelo inicial, no la desaproveché. Y la verdad es que no me ha defraudado.

     
         

  

La calidad de Busiek en el tratamiento narrativo, demostrada sobradamente en incontables cómics y obras, se hace más que patente en Confesión.

   

Una buena historia de Kurt Busiet

Confesión es la consecución plena de un auténtico arco argumental; una historia que se desarrolla como eje principal a través de los seis de los siete capítulos (este último independiente) de que consta el volumen. Y, dado que es precisamente eso, una trama central que evoluciona con cada capítulo, se origina, como consecuencia lógica, una característica imprescindible en cualquier narración —que faltaba, por tanto, en el tomo anterior, a mi entender—, consistente en motivar el interés o atracción por parte del lector en dicha historia. Evidentemente, este interés no sobresaldría si la lectura fuese densa, monótona, lenta o mal cohesionada, por ello que sea importante para «Astro City» en concreto (y, por extensión, para cualquier cómic que se precie) contar con alguien de la talla de Kurt Busiek a cargo de los guiones.

La calidad de Busiek en el tratamiento narrativo, demostrada sobradamente en incontables cómics y obras, se hace más que patente en Confesión. Cuando se hace cargo de una trama necesitada de matices y desarrollo como esta, su talento como guionista despunta más si cabe, y no al revés. Las historias cortas son incluso más complejas, puesto que has de contar mucho en un espacio limitadísimo y, además, dejar entrever datos, detalles y otros aspectos que, en ocasiones, dan como resultado una notoria ambigüedad en la historia (a veces buscada intencionadamente, claro), que provoca a veces desconcierto, indolencia, rechazo o desprecio por parte del lector... No digo que Busiek no sepa contar historias cortas (la que cierra el volumen, la historia independiente, Sentirte cerca, es un claro ejemplo de maestría narrativa), pero creo que le va mejor el explayarse, el enriquecer los personajes y su entorno para dotar al conjunto de ese interés que antes reclamaba.

     

         

Busiek se las apaña eficientemente para dotar de un indudable atractivo a un relato que bebe de manifiestas fuentes de inspiración, fácilmente reconocibles para cualquier aficio-nado a los cómics de superhéroes.

 
   

Busiek se las apaña eficientemente para dotar de un indudable atractivo a un relato que bebe de manifiestas fuentes de inspiración, fácilmente reconocibles para cualquier aficionado a los cómics de superhéroes. No en vano, «Astro City» no deja de ser un cuidado homenaje a todas esas historias y personajes con los que han crecido e incluso de los que luego se han hecho cargo los creadores de este cómic, a la vez que un reconocido tributo a los autores que los forjaron. Si «Samaritano» se inspira en otro emblemático personaje volador cuyo nombre también comienza por «S», el protagonista de este volumen guarda ciertas similitudes con otro héroe igualmente legendario, de hosca actitud y métodos expeditivos, que causa un pánico manifiesto a los criminales con su oscura y terrorífica apariencia.

El Confesor y Brian

El Confesor es el Batman de Astro City, y, puesto que Batman es casi inconcebible sin Robin, este personaje de claras reminiscencias religiosas busca asimismo a su particular sidekick en la lucha contra el crimen. Lo hallará en Brian, un joven que desea dejar atrás un desgraciado pasado en su ciudad de origen para encauzar una nueva vida en la ciudad de los superhéroes. Gracias a su determinación, valentía e inmensa curiosidad, atraerá la atención del misterioso y oscuro héroe, quien adiestrará a Brian como su joven ayudante, que tomará el algo ridículo nombre —como él mismo reconoce— de “El Monaguillo”.

     
         

  

Confesión hilvana su hilo argumental en la evolución que sigue la relación entre el misterioso Confesor y su discípulo, Brian, el verdadero narrador y centro de toda la historia.

   

Este particular dúo, además de enfrentarse cada noche a criminales de poca monta o reconocidos supervillanos, se verán inmersos en un cruento caso de difícil resolución que afecta al barrio más inquietante de Astro City, Colina Sombría. Allí, un enigmático asesino en serie campa a sus anchas, provocando muertes que nadie es capaz de resolver, ni siquiera los superhéroes de la ciudad, que son, por ello, puestos en entredicho por la población y el alcalde de Astro City. Brian exhorta a su mentor a intervenir en ello, pero este se obstina en mantenerse al margen, lo que induce a Brian a pensar que El Confesor guarda más secretos de los que él ha podido desvelar. Por supuesto, no se equivocará.

«Confesión», una historia típica de cómic

Confesión hilvana su hilo argumental en la evolución que sigue la relación entre el misterioso Confesor y su discípulo, Brian, el verdadero narrador y centro de toda la historia, una historia que, como se ha dicho, toma elementos clásicos vistos innumerables veces en multitud de cómics, pero manejados por Busiek desde una perspectiva distinta. Incluso no falta la enésima invasión alienígena a la Tierra y las monumentales batallas entre los héroes y unos extraterrestres ciertamente ridículos en cuanto a aspecto. A pesar de ello, es una historia de desarrollo tan enriquecido y de personajes tan bien construidos en ocasiones también presenta defectos, sobre todo si estos tienen que ver con la limitación de páginas. Esto es lo que precisamente hace que cierto subargumento que subyace con interés desde el principio de la historia quede pobremente resuelto en su conclusión, y es que Busiek —sobre todo cuando los plazos mandan— no es perfecto tampoco.

     

         

«Astro City (II): Confesión»

(Portada)

 
   

Ficha técnico-artística

El guionista cuenta con la colaboración de los lápices de Brent Anderson, un artista de estilo netamente tradicional que recuerda vívidamente a un icono de la historieta norteamericana, Neal Adams. El arte de Anderson se acopla perfectamente y sin florituras a los guiones de Busiek para construir un cómic hecho como antes, donde la historia debe quedar equilibrada entre guión y dibujo, sin que ninguno de los dos recursos quede excesivamente supeditado por el otro.

«Astro City» cuenta, además, con una colaboración de lujo, la de Alex Ross. El método suprarrealista al que nos tiene acostumbrados en su dibujo ensalza de belleza las portadas de esta colección, englobadas en una sección que cierra el volumen editado por Norma, amén de otras curiosidades, y que uno no puede dejar de mirar y admirar.

«Confesión», por tanto, cuenta sin duda con todos esos elementos que han hecho de «Astro City» un referente en el subgénero de los superhéroes: una historia bien construida, clásica pero llena de inéditos matices, innovadora en ocasiones, pero también con ciertas carencias a pesar del eficaz tratamiento. En suma, un buen cómic.

  

FICHA TÉCNICO-ARTÍSTICA

·        Título: Astro City (2): Confesión

·        Contiene: Astro City 4-9 USA y Astro City 1/2 USA

·        Guión: Kurt Busiek

·        Dibujo: Brent Anderson

·        Lápiz: Alex Ross

·        Editorial: Wildstorm (EE UU)

·        Traducción esp.: Francisco Pérez Navarro

·        Editorial: Norma (Barcelona)

·        Año: 2010

·        Formato: Cartoné con sobrecubierta

·        Páginas: 208

·        Color: Portada y páginas interiores

 

   

   

     
     

MANUEL COLLADO LUQUE, alias «CLAYTON» (Cádiz, 1972). Sempiterno aprendiz de escribidor y obrero constante de las letras, con más desatino a la hora de expresarse de lo que le gustaría. Precoz entusiasta de la maravillosa fusión entre texto y dibujo, conocida como tebeo (o cómic), amén de cinéfilo empedernido, sin importar género o año, siempre que la calidad o el divertimento, según la ocasión, predominen. Ocasional lector de toda clase de novelas, con predilección por los autores nacionales. Ganador del primer Concurso Literario de la Escola d'Adults de Badia del Vallès y participante, asimismo, en el Premi Víctor Mora de Narrativa Breu, en lengua catalana. Desde 1992, vive en Catalunya y, desde finales del 2009, nos da a conocer sus opiniones sobre la producción tebeística mundial, el cine, la televisión y otras discutibles pasiones suyas desde esa otra atalaya, su blog «THE LONE FREAKER». Muy recomendable su visita.

   

   

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral de Cultura. II Época. Año XI. Número 77. Julio-Septiembre 2012. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2012 Manuel Collado Luque. © Las imágenes, extraídas a través del buscador Google de diferentes sitios o digitalizadas expresamente por el autor, se usan exclusivamente como ilustraciones del texto, y los derechos pertenecen a su(s) creador(es). Edición en CD: Director: Antonio García Velasco. Diseño Gráfico y Maquetación: Antonio M. Flores Niebla. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2011 Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga.