N.º 68

AGOSTO-OCTUBRE 2010

17

    

   

  

   

   

   

   

CARLOS REYES:

«LA HISTORIETA ES GARANTÍA DE LIBERTAD»

Entrevista a Carlos Reyes

   

Por César Santiváñez

   

   

   

C

ontrario a lo que muchos puedan pensar, sí existe un termómetro para medir la situación actual de nuestra historieta, y este se obtiene justamente analizando su situación en contextos semejantes, en realidades vecinas. Se extrae de esto que la historieta latinoamericana no está en situación de existir en el aislamiento, concentrada entre murallas que llevan los mismos nombres de nuestros países, sino bajo la forma de un gran y único esfuerzo, que es otro nombre para decir identidad.

   
     

  

Carlos Reyes es un impulsor contemporáneo de la historieta nacional. Se mueve en la escritura para cine, teatro, televisión y, por supuesto, narrativa gráfica.

   

A continuación, me complace transcribiros una entrevista realizada por Simone Pavin al chileno Carlos Reyes, para el portal «6 Columnas». Conozcamos un poco más a Carlos y su misión autoimpuesta, a través de estas declaraciones.

   

La entrevista

Carlos Reyes es un impulsor contemporáneo de la historieta nacional. Se mueve en la escritura para cine, teatro, televisión y, por supuesto, narrativa gráfica. Participa en páginas web y festivales de cómic. Dirige también un programa de radio: «Viñetas del Fin del Mundo». Lo cierto es que Carlos Reyes está siempre con un proyecto bajo el brazo, y, en esta ocasión, conversó con «6columnas.com» acerca de sus actividades en el mundo del cómic.

  

Carlos, ¿cómo llegaste al mundo del cómic?

Como es habitual en todo lo que uno termina haciendo de adulto, llegué a la historieta cuando era pequeño. Mi padre trabaja en la imprenta de Zigzag, que luego pasó a llamarse Quimantú, y él siempre me llevaba revistas que les regalaban. Recuerdo, al despertar, un montón de revistas apiladas a los pies de mi cama. Sin saberlo, mi papá estaba forjando mi futuro. Yo aprendí a leer con esas historietas chilenas y me convertí pronto en un lector voraz y omnívoro.

  

Tú eres conocedor de distintas áreas: cine, televisión, literatura. ¿Qué encontraste en el cómic?

Yo estudié audiovisual y me especialicé en la escritura de guiones, y en la narrativa gráfica encontré lo mismo que en el cine y la TV, pero con una gran diferencia: la garantía del control absoluto de tu obra. Ni siquiera el cine de autor independiente tiene tanta libertad como la historieta de autor puede llegar a ofrecer. La historieta también aborda todos los géneros, estilos y temas. Yo lo veo, simplemente, como otro medio en que podemos expresarnos, un medio maduro y fascinante para explorar artísticamente.

 

Cuéntanos, por favor, un poco sobre el «Dr. Mortis». ¿Cómo fue la evolución de radioteatro a cómic?

    

     

El «Dr. Mortis» es, sin duda, uno de nuestros personajes de historieta chilena más conocidos.

 
   

El «Dr. Mortis» es, sin duda, uno de nuestros personajes de historieta chilena más conocidos junto con «Condorito y Mampato», y creo que su popularidad viene dada por la calidad de su propuesta y por haber intuido esto que hoy llamamos pomposamente multimedial. «Dr. Mortis» nació como radioteatro en el año 1945 en Punta Arenas, gracias a la inventiva de Juan Marino. Lo maravilloso es que, desde ese momento, el personaje se mantuvo casi interrumpidamente en antena hasta fines de los 70, época en que se emitieron los últimos capítulos, aunque después se ha seguido reponiendo en diversas radioemisoras. La historia nos dice que en el año 1966, 1967, Juan Marino recibió la invitación de empezar a producir una historieta de su personaje «El Siniestro Dr. Mortis» con gran éxito. Esto nos habla de un país que producía entretenimiento masivo, popular, con producción local, cosa que era maravillosa y, lo que es más importante, sin menospreciar al público.

  

Háblanos sobre el proceso de la historia o, dicho de otro modo, ¿cuáles son los pasos que hay que seguir para desarrollar un cómic?

Muchos piensan que habitualmente esto de hacer cómics, narrativa gráfica o historietas, se trata únicamente de dibujar, y no estoy de acuerdo. Es un proceso largo en que el hecho de dibujar bien no es suficiente. Se trata de un trabajo siempre pésimamente pagado, comparado con el esfuerzo que demanda.

Al igual que en otros medios, todo parte por una idea loca en la cabeza de alguien. Esa idea se plasma en un guión, que pasa por casi las mismas fases que el guión de un film (storyline, argumento, tratamiento y guión final), aunque mantiene diferencias estructurales importantes, pues, en la historieta, no sólo se piensa en escenas, sino también en una cadencia que tiene que ir de página a página, de viñeta en viñeta y que debe hacer frente a un desafío complejo: simular movimiento y vida sobre una página inmóvil.

El guionista puede o no dar indicaciones muy precisas de cada página (esto varía según la forma de trabajo entre cada artista). Hay muchos casos en que el dibujante es también su propio guionista. Luego viene la discusión de la atmósfera y tono de la historieta, y la creación del aspecto de los personajes. Una vez definido lo anterior, el dibujante hace un layout, esto es, un boceto rápido de las páginas para revisar lo más importante de todo —independiente de si el dibujo es maravilloso o mediocre—, y es que la narración de la historia debe ser fluida y comprensible para cualquier lector del mundo. Este es el secreto de una buena historieta: lograr comunicar lo que se quiere con claridad.

Luego de este borrador, vienen las correcciones y, a continuación, ya se puede comenzar a hacer el lápiz de las páginas definitivas, que luego deben ser pasadas a tinta y coloreadas, si es el caso. A veces, el dibujante debe documentarse si quiere dibujar lugares precisos o si está embarcado en un trabajo histórico, por ejemplo.

   
     

  

«Dr. Mortis» nació como radioteatro en el año 1945 en Punta Arenas, gracias a la inventiva de Juan Marino.

   

El guión todavía puede sufrir cortes o ajustes hasta el final del proceso, y lo ideal es que así suceda, pues el profesionalismo también es la capacidad de evitar enamorarte de tus propias palabras o dibujos, pues todo debe estar al servicio de la narración.

Otro proceso es el de poner los textos a las páginas. Muchos dibujantes rotulan su propia historieta, lo que es también un trabajo largo, aunque la tecnología digital ha ayudado mucho a agilizar estos procesos. Llegados a este punto, la producción artística acaba y comienza la labor editorial y de distribución, y, bueno, la pega de los lectores que es leer y apoyar lo que les gusta.

    

Cuéntanos cómo nació el programa de radio on-line “Viñetas del fin del Mundo”, y de qué trata.

Ese programa es una idea de Ricardo Vega, y nació a partir del primer festival que organizamos con él, el Centro Cultural de España y el encargado de la radio on-line de esa entidad, Francisco Conejera. La idea es hacer un programa de reflexión, de discusión sobre la narrativa gráfica chilena y sus autores. Creo que los creadores de historieta, los editores y el público necesitan escuchar y confrontar opiniones. Estamos frente a una especie de revaloración de la historieta local y eso exige un proceso de profunda reflexión de lo que hacemos. El programa de radio «Viñetas del Fin del Mundo» busca eso y, por si les interesa, les cuento que se emite todos los miércoles, a mediodía, en la radio on-line del Centro Cultural de España.

  

¿Cuál es la situación del cómic en Chile? ¿En qué proceso se encuentra?

Está en un momento muy bueno. Los medios de comunicación se interesan por el tema. Los editores están publicando material de autores locales. Creo que la historieta se ha vuelto cool, he visto cómo ha cambiado el discurso sobre ello. Todos hablan de novelas gráficas, a veces sin saber exactamente qué quiere decir el término, y eso es muy bueno, pero, a cambio de este incipiente renacer, por llamarlo de alguna manera, se debe entregar calidad. Tenemos que hacer trabajos de alto nivel y con temáticas propias, y, como dije antes, sin menospreciar a los lectores y dar cabida a todas las expresiones que la riqueza que este lenguaje puede ofrecer.

  

¿Ergocómics?

    

     

Estoy a la espera de una historieta chilena madura, sólida, que hable de nuestra realidad, de lo que somos, aun en medio de la fantasía más delirante.

 
   

Es uno de los grupos a los que pertenezco y que nació en 1996, aproximadamente, que mantiene uno de los sitios web más serios que conozco y que ya cumplió poco más de 10 años en internet, hablando de historieta de autor chilena y latinoamericana. También hacemos publicaciones y un festival anual de historieta desde el 2003. Es un proyecto al que le tengo mucho cariño y respeto.

  

¿Qué esperas de la historieta chilena?

Estoy a la espera de una historieta chilena madura, sólida, que hable de nuestra realidad, de lo que somos, aun en medio de la fantasía más delirante. Espero un personaje que dé cuenta de nosotros, un nuevo «Condorito» o «Mortis», no sé. Pero veo el trabajo de muchos de mis colegas y creo que lentamente eso se está construyendo.

  

¿Cómo se relaciona la historieta con el medio digital?

Tanto como cualquier otro medio que ha sido invadido por estas increíbles tecnologías. Hoy existen las tabletas de dibujo y programas como el mangastudio que ayudan al proceso de dibujar historietas, pero que de nada sirven si no existe el talento para hacerlas. Como siempre, la tecnología es un medio, una herramienta fascinante para hacer lo mismo de antes, pero de nuevas maneras.

  

Woody Allen ha reconocido en un libro biográfico que no ve películas, no lee diarios, ni ve televisión. No tiene idea qué se está estrenando en las salas de cine. Y así hace sus películas, en blanco. ¿Existe en el cómic esa posibilidad, es decir, que se pueda escribir sin ser un experto, ni un historietófilo?

Siempre. Es una prerrogativa de cualquier artista en cualquier medio. Ya no recuerdo si era Orson Welles o Luis Buñuel quien decía que podía enseñarle a cualquiera a hacer una película en un par de fines de semana. Creo que ambos caminos son válidos. Habrá los que digan que para hacer algo, se debe ver todo lo que se ha hacho antes al respecto, y otros, que afirmarán lo contrario. Todo tiene que ver con el método personal que te hayas creado. Ninguno de estos caminos asegura encontrar la obra maestra. En lo referido a la magia, no hay recetas.

   

   

   

   

     
        

César Santiváñez Tirado (Lima, Perú, 1980). Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima. Gestor del blog «PIENSO EN CÓMICS», espacio digital dedicado a la crítica especializada del IX Arte. Docente de Narrativa Gráfica en el taller Mostrón Cómics, Lima. Ponente en universidades y centros culturales, acerca de diversos temas relacionados con la historieta. Finalista del I Premio Contracultura de Novela Gráfica 2010. Expositor de la muestra “Cómics en Edición Limitada” (Galería de Arte Delbarrio, Lima). En la actualidad, dedica su capacidad creativa a la redacción profesional de guiones, y está próximo a lanzar su primera novela gráfica.

   

   

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Bimestral de Cultura. II Época. Año IX. Número 68. Agosto-Octubre 2010. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2010 César Santiváñez. Edición en CD: Depósito Legal MA-265-2010. Diseño Gráfico y Maquetación: Antonio M. Flores Niebla. © 2002-2010 Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga.

  

  

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