JULIO-SEPTIEMBRE 2017  

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NOSTALGIA

  

Por  Enrique Arjona Compaña

  

  

EN EL CONDADO*, un día cualquiera de los años cincuenta y tantos.

Me asomo a la ventana y veo que está clareando el día. Tengo que darme prisa en poner mis trampas porque, si no, voy a perder la primera cazada de la mañana, que es la mejor.

Me visto deprisa, sin lavarme apenas, me restriego los ojos y salgo disparado con las trampas, las alúas** y el amocafre.

Elijo los mejores sitios y pongo las trampas, tratando de recordar luego dónde las puse para no perder ninguna.

Vuelvo a la casa y, antes de llegar, ya me viene el olor de las rebanadas fritas para el desayuno que está preparando mi mamá Carmen, la tita Mercedes o María Jesús, con aguasal y tazón de café con leche.

Mis chachos***, José, Enrique y Cristóbal, aún solteros, se preparan para las faenas del campo, planificando la jornada de cada uno.

Mi papá Enrique le da vuelta a las chumberas que hay detrás de la casa, junto al pajar, y se regala con unos cuantos chumbos, ahora fresquitos, de la mañana.

A veces se pasa, y luego tiene problemas.

A mi papá Enrique lo que más le gusta es quemar rastrojos, y algún día ha ocasionado algún contratiempo a mis tíos, cuando, quemando algo, de pronto cambiaba la dirección del aire.

Yo quiero mucho a mis abuelos porque son muy buenos y me dan un duro los domingos.

Mis chachos también me dan dinero, pero no tanto, y también los quiero mucho.

Ellos también me quieren a mí —es natural—, pues solo somos mi hermano Pepe, María Teresa y yo, que tengo ocho años.

Los demás están aún por venir.

En la alacena de la casa hay un dornillo grande hecho de un tronco de árbol donde hacen unos gazpachos migaos de pan y aceite por encima, y cuando falta la cuchara, se improvisa una con un pincho de palo y un anca de cebolla. Yo siempre la uso, porque me gusta.

Alrededor del gazpacho se junta mucha gente; se cuentan chascarrillos y anécdotas, y se habla del campo, de las cosechas, de la cacería, y se aprenden muchas cosas.

A mí me gusta mucho el Condado; me gusta el soto, el río y todo lo demás. No lo cambiaría por nada...

Ah, también me gustan el Chorrillo el Pincho y la Cañá el Caigal, y los caballos, los tomates fritos con morcilla lustre, la salsa de almendras y el guiso papas.

Un niño feliz.

  

  
                                       
 

El autor (a la izquierda de la imagen) con toda su familia. Lucía sus 8 años.

 

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NOTA del EDITOR

* Condado. m. Zona, próxima al río Genil, perteneciente al término municipal de Cuevas de San Marcos, especialmente dedicada a huertas.

** alúa (en el habla andaluza). aluda. f. Hormiga con alas. Hormiga de mayor tamaño que las obreras, destinada, una vez abandona el hormiguero, a la fundación de nuevos hormigueros; en realidad, son las nuevas reinas, en cuyo empeño mueren muchas. Son un cebo muy eficaz en la caza con trampas de pajarillos insectívoros.

*** chacho (aféresis de muchacho). coloq. y fam. tío. m. Denominación coloquial y familiar con que, en un principio, se distinguía al tío de familia que se quedaba soltero y al que habitualmente se encomendaba el cuidado y entretenimiento de los sobrinos. Con el paso del tiempo, el uso de este apelativo ha olvidado su origen y se ha extendido a todos los tíos (casados y solteros) de una familia.

  
                                       
 

El autor, en una vereda, al borde de un arroyo. Si en el mundo ha habido alguna vez un rincón que pudiese dar una idea de lo que pudo ser el Paraíso, ese ha sido El Condado, una maravilla de huerta. También yo estuve allí en varias ocasiones.

 
  

   

      

       

ENRIQUE ARJONA COMPAÑA (Cuevas de San Marcos, 1949) se describe a sí mismo como una persona sencilla y afable, de carácter abierto y extrovertido. Reside en Madrid desde 1962, año en que emigró con su familia de su pueblo natal. Autodidacta de formación, su trayectoria laboral, que abarca desde 1964 hasta 2007, se ha desarrollado en la misma empresa, una multinacional de élite, donde ha prestado sus servicios en sectores como administración, contabilidad, escuela de formación y marketing comunicación. Es padre de dos hijas.  Una vez jubilado, ha descubierto en la narrativa breve una senda que le permite dar rienda suelta a esa imaginación liberadora que pocas veces se alcanza.

   

   

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral de Cultura. Sección 1. Página 2. Año XVI. II Época. Número 97. Julio-Septiembre 2017. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2017 Enrique Arjona Compaña. © Las imágenes que ilustran el texto corresponden a sendas aportaciones fotográficas del ábum familiar del autor. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2017 Departamento de Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte, adscrito a la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga & Ediciones Digitales Bezmiliana, Castilión, 3, Rincón de la Victoria (Málaga).