N.º 52

NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2007

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SI NO VOLVIERA A ABRIR LOS OJOS MAÑANA...

Por Ninoschka Prado Ouviña

  

...E

staría haciendo lo mismo que estoy haciendo ahora.

Levantarme, aun cuando el silencio es sagrado y la noche está cerrada, y sentirme el único ser humano que espera, paciente, para ser el primero en saludar al día.

 

 

      

 

John Lennon (1940-1980)

 

 

Primero, la noche me envuelve con su fría humedad, mas yo no le hago caso. Ni siquiera me molesto, ni siquiera me despido. Vanidosa reina de prostíbulos que sólo atrae a huérfanos de sentimiento. En cambio, me concentro en el silencio y espero, o sigo esperando, con una paciencia digna de los amigos de Siddharta, a la más fiel de mis amigas. Poco antes de que abra los ojos su majestad la Reina del Amanecer, sus fieles perros se desmelenan y sueltan los primeros gorgoritos. Empieza a sonar el despertador celestial destinado al más brillante de los diamantes habidos y por haber.

Mientras, la noche sigue cerrada.

Los trinos se multiplican hasta atropellarse, y, cuan orquesta nacional, tras un alocado y breve calentamiento se unen todos en una sola voz, en un solo trino, para cantarle al Sol su canción favorita:

“…Imagine there’s no heaven… and no religion, too…”

Ya lo sé, eso es más bien una apreciación personal, pero mis oídos perciben la voz clara y nítida de John Lennon entre los trinos, ¿otros no oyen otros murmullos en los ríos?

La Reina Cariñosa o el Sol, a gusto del consumidor, se despereza con lentísimos y lánguidos movimientos, para que cada segundo sea distinto a todos los anteriores, y, como por arte de magia, se van encendiendo en el cielo las primeras sombras con mesurada suavidad y lacios destellos rubios.

“…You might say, I’m a dreeameeer, but I’m not the only one…”

Como un vampiro al revés, la Reina, mi reina, deseosa de agradar y devolver la pleitesía, se yergue en su castizo lecho y, por fin, asoma y abre los ojos, que inundan la Tierra, el Mundo y a nosotros mismos John, los pájaros y yo con la Luz Incondicional que tanto adoramos y que tanto necesitamos.

Una vez acabada su obligación, las criaturas plumadas se relajan y festejan con alegría el logrado nacimiento del nuevo día.

Para entonces, el resto del mundo también se habría ido despertando e incorporando al mundanal fru-fru, que ya nada tiene que ver con lo que estamos hablando.

“…and one day you may join us…and we will be as one…”

Si no volviera a abrir los ojos mañana, habría una diferencia, sólo una.

En lugar de estar escribiendo este algo sin destino concreto, ni siquiera para mí misma, estaría escribiendo notas de cariño a todos mis seres queridos, animándoles a que fuesen valientes, porque el miedo es un mal amigo o un buen enemigo; de nuevo, a gusto del consumidor.

Me esmeraría eligiendo los temas y colores, adornándolos con asombrosos recursos, plantas y flores diminutas envueltas en algodón humedecido para que se conservasen, y, posteriormente, en papel celofán alrededor, formando un cestito para impermeabilizar el adorno vivo... cualquier cosa vale, porque ese tipo de mensajes, los de última hora, son especiales y deben ir debidamente empaquetados, con lazos de amor rojo y cariño blanco.

Las palabras se usan con facilidad y son furtivas; sin embargo, el detalle, el esmero, el entretenimiento, nacen únicamente de la voluntad verdadera y sincera.

Demasiadas palabras y pocos hechos. Vivimos en el siglo XXI ¿y seguimos aferrados persiguiendo las palabras? ¿Por bellas? ¿Por entretenidas? ¿Por lujosas? ¿Por ser palabra del Señor y amén?

    

 

  

En toda Europa encontrarás personas de todo tipo que, en su día, olvidaron todo, por un fin de semana, para irse a Galicia y ayudar.

   

Por todo eso y mucho más se eligen las palabras, pero, especialmente, por poderosas.

Antes, en Vietnam, decían que una imagen valía más que mil palabras. Eso era antes. Las fotos de la primera bomba atómica, el ‘hongo’; la foto de la niña vietnamita corriendo despavorida, llorando, en cueros, y los soldados norteamericanos en segundo plano, todo eso conmovía. Hasta daban premios importantes a las fotos. Eran Arte.

Ahora, son rutina, y nadie se conmueve con ellas. Nos las comemos a diario con el tele-maratón. El mundo sólo se conmueve con Gran Hermano. ¿De verdad queremos seguir siendo así y cumplir todos los pronósticos de 1984, como hemos cumplido con los de julio?

Olvidémonos un poco de todo y hagamos algo, hagámoslo de verdad. Si todos nos dejáramos, sólo por un momento, de imágenes y letras, y nos uniésemos en un gran hecho...

En toda Europa encontrarás personas de todo tipo que, en su día, olvidaron todo, por un fin de semana, para irse a Galicia y ayudar, ―¿se puede decir desinteresadamente?, yo creo que no―, en el chapapote. En Alemania, me encontré con una de esas personas. Su mujer acababa de tener su primer hijo cuando ocurrió la desgracia y estaban locos de contentos, pero él sentía que tenía que estar allí, en el meollo. El hecho de que se corriese la voz y empezase a aparecer gente de todas partes le hizo comprender que no era suficiente seguir las noticias por la televisión, ni por el periódico; tenía que hacerlo, tenía que ir. Así lo sintió y así lo hizo.

Lo de Galicia fue una tragedia, pero, al mismo tiempo, la gran epopeya de todos los tiempos, que demostró, nos demostró a todos, que John tiene razón; demostró lo que los humanos somos capaces de hacer realmente.

Está atardeciendo. Ya se habrá levantado hasta la persona más dormilona del mundo. Yo me retiro y me despido.

Hasta mañana.

  

  

  

NINOSCHKA PRADO OUVIÑA (Hannover, 1970), hija de emigrantes españoles, nació en Alemania y retornó a España en 1981. Lingüista vocacional y amante de la humanidad, se ha interesado desde temprana edad por la literatura y el arte en general. Ha cursado estudios de Traducción e Interpretación en la Universidad de Granada. Actualmente, estudia 3.º de Magisterio (especialidad de Maestro en Lengua Extranjera) en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga.

  

  

  

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Año VI. Número 52. Noviembre-Diciembre 2007. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides.  Copyright © 2007 Ninoschka Prado Ouviña. © 2002-2007 EdiJambia & Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga.

  

  

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