JULIO-SEPTIEMBRE 2015  

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«EL ARTE DE LA GUERRA», DE SUN TZU

   

Por Enrique Javier González Camacho

   

  

«El supremo Arte de la Guerra

es someter al enemigo sin luchar»

SUN TZU  

  

LOS DATOS MÁS antiguos disponibles sobre el lugar de nacimiento de Sun Tzu [1] no son coincidentes ni en la cronología ni en la ubicación de sus fechas de nacimiento y muerte. Así, por ejemplo, los Anales de Primavera y Otoño [2] afirman que nació en torno al 544 a. C. en el estado de Qi y que falleció alrededor del 496 a. C. en el estado de Wu, en tanto que registros posteriores dan fechas diferentes aunque aproximadas para ambos eventos, que ubican en el estado de Wu. Por el contrario, ambas fuentes coinciden en ratificar su autoría de El Arte de la Guerra, obra que redactó hacia el último tercio del siglo IV a. C., así como en decir que fue un general y estratega militar al servicio de Helu, rey de Wu, además de historiador y filósofo.

  

UN EJEMPLO DE RELATO

  

Con el solo propósito de dar a conocer mínimamente la orientación del contenido del libro, me he permitido elegir uno de los relatos que en él aparecen incluidos, el cual ilustra fehacientemente el temperamento del estratega chino.

Cuando Sun Tzu acudió ante el rey de Wu ofreciéndose para trabajar, el rey puso a prueba la pericia del aspirante a general encomendándole instruir en las armas a su harén de 360 concubinas. Para afrontar semejante reto, Sun Tzu dividió al grupo de concubinas en dos compañías, recayendo la responsabilidad de ambas en las dos concubinas predilectas del rey a las que nombró comandantes de las respectivas compañías.

Antes de proceder a su formación, Sun Tzu se cercioró de que sabían distinguir la orden hacia delante de la hacia atrás, así como las posiciones de derecha y de izquierda. Cuando les ordenó ponerse a la derecha, las mujeres se rieron. Él les dijo que cuando la tropa no entendía la maniobra, era culpa del general, y, puesto que el general era él, les explicó la maniobra una vez más, ahora con un gesto más grave.

Ellas se rieron nuevamente. A lo cual, él respondió que cuando la tropa entiende la maniobra y no obedece la orden de llevarla a cabo, es culpa de los oficiales, y ordenó la ejecución inmediata de las dos concubinas a cargo del mando de sus respectivas compañías.

El rey quedó horrorizado y le pidió a Sun Tzu que las librara del castigo, pero el experto instructor le respondió que una vez nombrado el general, este debe llevar a cabo su misión sin considerar los comandos del rey. Las concubinas fueron ejecutadas, siendo nombrados nuevos oficiales, y el harén fue instruido perfectamente en las armas.

Más allá de lo escabroso de la anécdota, no cabe duda de que Sun Tzu puso de manifiesto sus cualidades tácticas en el campo de batalla, razón por la cual su obra El Arte de la Guerra superaría la barrera del tiempo, precisamente porque su propio autor pudo poner en práctica con eficiencia y eficacia los aspectos bélicos que teorizó en su libro.

  
     

     
 

«El Arte de la Guerra», versión en bambú.

 
  

AUTORÍA DE LA OBRA

  

Los historiadores modernos desafían la interpretación tradicionalista de la historia del texto basándose en la larga tradición militar y táctica de la China anterior al año 500 antes de Cristo. Consideran, por lo tanto, improbable que Sun Tzu creara todo un cuerpo de estudios tácticos ex nihilo.

Más allá de esta consideración, ante los conceptos básicos y pasajes comunes que sostienen la hipótesis de una larga tradición y experiencia militar en evolución, la obra en cuestión presenta anacronismos históricos en lo referente a las condiciones y tácticas que preconiza frente a las propias de la época en la que supuestamente se creó, todo lo cual apunta a una elaboración posterior durante el período de los reinos combatientes.

Desde otro punto de vista, que reconcilia la visión tradicionalista y moderna, se puede colegir que Sun Tzu sintetizó en su obra el considerable legado estratégico recibido de la tradición militar china, al igual que los presocráticos como Pitágoras influyeron sobre la posterior filosofía elaborada por Platón. Y, paralelamente, el texto habría sido actualizado por sus seguidores con el decurso del tiempo, quienes habrían aportado las novedades acaecidas en el campo de batalla como reflejo de la nueva realidad inaugurada por el llamado «Período de los Combates».

   

REPERCUSIÓN POSTERIOR

  

Esta obra ya era conocida en la mayor parte de la enigmática China hacia el siglo IV antes de Cristo, a partir de la cual fue difundida, copiada y parafraseada, tal como se acostumbraba en el hermético país.

La edición considerada más verídica fue llevada a cabo por Ts’ao Ts’ao hacia el siglo II a. C., sobre una recopilación de fuentes realizadas por un tal Sun Tzu hacia el siglo VI a. C. del que tratadistas chinos, como sucede con Homero, han llegado a dudar de su existencia. Ts’ao Ts’ao eliminó de la obra todo lo superfluo.

Desde entonces, las versiones de El Arte de la Guerra se multiplicaron en China, llegando a considerarse como pauta para proyectos comerciales con una base económica y bélica, así como texto obligatorio para los aspirantes a oficial del Ejército.

En lo que respecta a Europa, cabe resaltar que, entre los siglos XIV al XVII, salieron a la luz más de cincuenta ediciones, que sirvieron para la traducción a las lenguas occidentales. A este hecho le debemos que podamos considerar esta obra entre las más avanzadas de su género en cuanto a ciencia militar, administrativa y de gestión, sin desmerecer ante las obras de Maquiavelo, Clausewitz o Napoleón.

  
     

     
 

Estatua en honor de Sun Tzu en la localidad japonesa de Yurihama-Cho, prefectura de Tottori.

 
  

SIGNIFICADO DE LA OBRA

  

Para Sun Tzu la guerra era un asunto de vida o muerte, pero también una forma de conocimiento acelerada. La forma más eficaz, a la vez que brutal, de influir en modas, costumbres y adelantos técnicos de lo más diversos.

Por ese motivo, Sun Tzu le dedicó un estudio objetivo, el primero y el mejor de la historia, a este tema en El Arte de la Guerra. En este mismo libro formula la tesis de que, en los conflictos armados, siempre será mejor salvar el mayor número de vidas humanas que sea posible, de forma que el mejor estratega es aquel que se afana en encontrar el medio más adecuado y eficaz para conquistar una plaza fuerte sin tener que recurrir, prácticamente, a la violencia del combare. Para ello es imprescindible la combinación de inteligencia y astucia, siguiendo la llamada «Ciencia del Disimulo».

«La mejor victoria es vencer sin combatir», nos dice Sun Tzu, «y esa es la distinción entre el hombre prudente y el ignorante». Máximas como esta nos inducen a considerar a la imperecedera obra del general chino Sun Tzu más que como a un libro de guerra aplicable a los negocios y al deporte. Es, en suma, un tratado sobre la instrucción en el modo de desenvolverse en momentos críticos.

Efectivamente; Sun Tzu se percató de que el ejército sólo debía emplearse como último recurso, cuando el enemigo ya estaba debilitado. Porque las consecuencias inevitables en un conflicto violento eran siempre económicas: la inflación y la subida de precios; por ello que en logística hubiese que ocuparse de la formación y capacidad de los generales, jefes y oficiales.

Es en este último aspecto, el relacionado con el estudio de la personalidad del individuo en la resolución de situaciones problemáticas, donde Sun Tzu ha contribuido a que su obra perdure a lo largo del tiempo, y, por supuesto, explica el gran interés suscitado hacia El Arte de la Guerra por parte de colectivos tan dispares como los mencionados en líneas precedentes.

Conocidas, pues, esta características de El Arte de la Guerra, no debe extrañarnos el gran interés que despertó entre las gentes de tiempos posteriores, pues si la Utopía, obra publicada en 1516 por Tomás Moro, tuvo también su influencia sobre estrategas e ideólogos posteriores, con consecuencias lamentables, a pesar de tratarse de una obra de ficción, otros muchos, con mucha más razón, se han visto tentados por la sutileza con la que afrontaba sus retos este individuo que vivió hace unos dos mil quinientos años. Y, a pesar de que se la ha tachado de amoral, por mencionar de forma recurrente el uso del engaño y de tácticas deshonestas como el espionaje en el campo de batalla, sus consejos, en su aplicación a la vida ordinaria, pueden revertir en astucia por parte de una mente equilibrada.

Es el lenguaje empleado lo que traiciona al lector moderno, ajeno al contexto en que se ubica la obra, porque un tratado moderno de este tipo usaría en la actualidad la jerga científica; por tanto, más objetiva y libre de prejuicios morales. Hoy en día, Sun Tzu habría empleado términos como “información” al referirse al “engaño”, y ya no se trataría de “engañar”, sino que de evitar la fuga de información privilegiada a la competencia.

En cuanto a la psicología de los personajes que intervienen en una confrontación, Sun Tzu, en el capítulo VIII, que versa «Las Variaciones en la Táctica», menciona que hay cinco peligrosos errores que pueden afectar a un general; a saber: a) Si es imprudente, puede perder la vida. b) Si es cobarde, será capturado. c) Si es colérico, puede ser ridiculizado. d) Si tiene un sentido del honor demasiado susceptible, se le puede hacer sufrir. Y, a continuación, afirma que estos cinco rasgos en un general son graves defectos y que, en las acciones militares, son desastrosos.

  

CONCLUSIÓN

  

De la lectura del presente libro extraeremos mucho más que datos y reglas que aplicar mecánicamente. El Arte de la Guerra es mucho más que un recurrente manual de economistas y demás caterva de oportunistas que infesta a nuestra sociedad.

Puede convertirse en libro de cabecera de quien albergue inquietudes acerca del comportamiento humano y de su actuar en el mundo, puesto que El Arte de la Guerra invita (o incita) al lector a profundizar en las motivaciones de aquellos que se ven envueltos en confrontaciones violentas, posiblemente evitables si seguimos el consejo de Sun Tzu de dedicarnos a hacer muchos cálculos para aumentar las posibilidades de ganar.

Como dice Freud acerca de las causas de la guerra, esta ha constituido, a lo largo de la historia de la humanidad, una tentación peligrosa pero casi irresistible para el ser humano. Porque los sueños no bastan para evitar la neurosis, y el hombre necesita la acción real que le aporta la guerra como vía de escape a sus instintos más primitivos y criminales. Seamos, pues, precavidos y tomemos, en su debida consideración, la milenaria sapiencia de Sun Tzu.

  

NOTAS del EDITOR

1 Sun Tzu no fue, en realidad, un nombre propio, sino un apelativo honorífico que significa “Maestro Sun” y por el que conocemos habitualmente a Sun Wu, quien también fue conocido por el nombre de cortesía Changqing.

2 Entre los textos históricos chinos más antiguos figuran los Anales de Primavera y Otoño, que han sido atribuidos tradicionalmente a Confucio y que están incluidos en la lista de los “Cinco Clásicos”. Estos Anales constituyen una relación cronológica de acontecimientos que se extienden a lo largo del reinado de los doce duques del estado de Lu, desde el 722 al 481 a. C., ordenados por estaciones (de ahí su nombre).

3 Shiji, que puede traducirse del chino por Memorias Históricas,  o, también,  por Recuerdos (o Actas) del Gran Historiador, se debe a Sima Qian y es la primera muestra más significativa de elaborar una historia completa de China. Se redactó entre los años 109 a. C. y 91 a. C. y abarca más de 3 000 años de historia, desde la China de la época del legendario “Emperador Amarillo” hasta los tiempos del emperador Wu, que gobernó los destinos del país en tiempos del propio autor, con algunas interpolaciones textuales hechas después de su muerte.

  

  

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y WEBGRÁFICAS

«Argumento de Origen», en IMDB [En línea]. Disponible en web: < http: //www. imdb. com/ title/ tt1375 666/ plotsum mary>. (Consulta de 18 de Julio de 2012).

«El Arte de la Guerra», en WIKIPEDIA [En línea]. Disponible en web: <http: // en. wikipedia. org/ wiki/ The_Art _of_ War>. (Consulta de 16 de Julio de 2012).

«Primaveras y Otoños», en WIKIPEDIA [En línea]. Disponible en web: < http: //es. wikipedia.org/ wiki/ Primaveras_ y_Oto% C3% B1os>. (Consulta de 18 de Julio de 2012).

BRADFORD, Alfred S. (2001): With Arrow, Sword, and Spear: A History of Warfare in the Ancient World. Greenwood Press, Westport, Conneticut.

TZU, Sun (2011): El Arte de la Guerra. Trad. esp. de Benjamín Briggent. Ed. Plutón Ediciones, Barcelona.

VAN DOREN, Charles (2008): Breve Historia del Saber. Trad. esp. de Claudia Casanova. Ed. Planeta, Barcelona.

   

   

      

    

ENRIQUE JAVIER GONZÁLEZ CAMACHO (Málaga, 1985). Titulado en Técnico de Farmacia y Parafarmacia. Diplomado en Maestro en Educación Infantil por la Universidad de Málaga. Ha cursado los estudios de Magisterio en la Facultad de Ciencias de la Educación de esta Universidad.

   

   

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral de Cultura. Sección 3. Página 7. Año XIV. II Época. Número 90. Octubre-Diciembre 2015. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2015 Enrique Javier González Camacho. © Las imágenes, extraídas a través del buscador Google de diferentes sitios o digitalizadas expresamente por el autor, se usan exclusivamente como ilustraciones, y los derechos pertenecen a su(s) creador(es). Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2015 Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga.