N.º 69

NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2010

10

   

   

   

   

   

   

   

CERVANTES DECODIFICADO

POR CÉSAR BRANDARIZ

   

Por Antonio García Velasco

   

   

   

César Brandariz

Cervantes decodificado

Ediciones Martínez Roca

Madrid

Año 2005

338 páginas

  

  

E

l tema de Cervantes y de su obra, especialmente del Quijote, me apasiona desde que tengo recuerdos, a pesar de que aquel examen de ingreso al instituto, que se hacía a los diez años, exigía no cometer faltas de ortografía en el dictado de un texto de esta obra.

Estaba realizando, una vez más, un estudio sobre el léxico de la obra inmortal de Cervantes. En esta ocasión estudiaba el perfil silábico de este libro, de cada una de sus partes y lo comparaba con el Quijote de Avellaneda. Y he aquí que, en la feria de libro de ocasión que se celebraba en Torre del Mar, Málaga, durante el mes de agosto, encuentro un libro verdaderamente ocasional: el que queda reflejado arriba. Lo he leído con verdadera pasión, pues, desde las primeras páginas, Brandariz trata de demostrar varias hipótesis que, hoy por hoy, van en contra de los tópicos comúnmente admitidos sobre la vida de Cervantes y la situación geográfica de su magna novela.

   
    

 

Cervantes no nació en Alcalá de Henares, ni en Madrid, ni Sevilla, ni Córdoba, sino en Cervantes, un pueblo de la comarca de Sanabria, incluida actualmente en la provincia de Zamora.

   

César Brandariz, licenciado en Ciencias Empresariales y en Derecho, con estudios ampliados en Milán, Londres y París, con cursos de Historia y Sociología, con trabajos en empresas multinacionales e impartiendo cursos sobre investigación y planes de estrategia y marketing, es un apasionado cervantista. Primero publicó Reconstruyendo a Cervantes y, en el 2005, este Cervantes decodificado, del que nos estamos ocupando.

Nos da argumentos para demostrar que Cervantes no nació en Alcalá de Henares, ni en Madrid, ni Sevilla, ni Córdoba, sino en Cervantes, un pueblo de la comarca de Sanabria, incluida actualmente en la provincia de Zamora, aunque no siempre fue así, dada su situación: limita al norte con la provincia española de León; al sur, con la provincia portuguesa de Tras-os-Montes e Alto Douro; al este, con la también comarca zamorana de La Carballeda y, al oeste, con la provincia española de Orense.

La partida de nacimiento encontrada en Alcalá y referida a un Cervantes o Carbantes, nacido en 1547, está manipulada y, Cervantes, según otras pruebas, nació en 1549, dos años más tarde. De un pueblo cercano a Cervantes procede el segundo apellido de nuestro escritor, Saavedra —que, dicho sea de paso, y aunque nada tenga que ver con este tema, era el segundo apellido de mi padre—. Se trata de Santa Colomba en el Terroso.

Ya Leandro Rodríguez, en la introducción a una edición del Quijote publicada en Zamora (2005), en «Cervantes en Sanabria. Ruta de Don Quijote de La Mancha» (Diputación de Zamora) y en otras obras, expone que la toponimia, las costumbres, el léxico y los paisajes de esta obra encajan en tierras de Sanabria, provincia de Zamora, Miranda do Douro y Barcelona. Es la misma idea que defiende y trata de demostrar Brandariz.

En efecto, en las páginas iniciales de este libro que comentamos, dice su autor: «La asociación entre Don Quijote y La Mancha es, hoy día, total; no sólo en la calle, también entre estudiosos. Sin embargo, determinados datos, obligan a plantear interrogantes a esta identificación. // Por ejemplo, las descripciones del pueblo de Don Quijote y Sancho, “el lugar de La Mancha”, o la cueva de Montesinos o las lagunas de Ruidera, etcétera, no encajan en las manchegas y sí en otra zona en la que se encuentran las especies vegetales nombradas que nunca han existido en La Mancha. Igual ocurre con las costumbres, prácticamente todas ellas ajenas a ésta». Cervantes conocía sólo de paso la región manchega y el término “mancha” tiene otro significado muy diferente al lugar geográfico, el de ‘baldón’ o ‘mácula’, atribuido a los judíos conversos, a los “manchados”. De este modo, según los argumentos de Brandariz y otros estudiosos, «el lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme» resultaría ser un juego de palabras cervantino para referirse, por ejemplo, al pueblo Cervantes, el lugar de su nacimiento en Sanabria, por aquel tiempo refugio de conversos.

Miguel de Cervantes Saavedra es un maestro de los juegos semánticos y de la dualidad intencionada: el lugar de La Mancha geográfica enmascara, pues, el lugar de los “manchados” y, aunque ciertamente, en el Quijote se mencionan pueblos o comarcas manchegos, su descripción está ausente o no corresponde a la realidad. Nos da Brandariz de manera sistemática y, diría, rigurosa argumentos para demostrar no sólo el origen de Cervantes, sino de que la inspiración básica del Quijote se encuentra en León y Galicia.

Entre los argumentos presentados, los hay de varios tipos:

1. Juego, ocultación y enmascaramiento de nombres: Ejemplo: Toboso, nombre “no peregrino”, que “no desdijese mucho del suyo”, Terroso, que sí es un lugar peregrino y, además, en Santa Coloma en el Terroso sí existía una Aldonza hija de Lorenzo.

2. Escenarios físicos: Además de citar zonas de Sanabria como Sierra Negra o Peña Pobre, habla de hayas, tejedas, acebos e incluso castaños, que no existen en La Mancha y sí en Sanabria.

3. Costumbres: Entre los ejemplos, alude a la gaita zamorana, a zagalas que recitan en portugués, algo impropio de La Mancha.

4. El lugar de La Mancha: La descripción del pueblo de Don Quijote y Sancho coincide con el pueblo sanabrés Cervantes y no con alguno de La Mancha.

5. Otros lugares de inspiración: Ejemplos: La cueva de Montesinos descrita en Q. II, XXIII, no es de La Mancha, sino de Sanabria; las siete lagunas mencionadas no son las quince de Ruidera, sino las siete del Alto Tera, en Sanabria.

Naturalmente, tanto si aceptamos los argumentos presentados por César Brandariz como si no los tenemos en cuenta, la obra de Miguel de Cervantes Saavedra continúa siendo la misma, aunque con la aceptación, determinados episodios pueden ser reinterpretados y, quizás, valorados con mayor y mejor rigor.

  

  

     
       

Antonio García Velasco (Fuente Piedra, Málaga). Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Oviedo y Doctor en Filosofía y Letras (Sección de Filología Hispánica) por la Universidad de Málaga. Es Profesor Titular de Universidad, adscrito al Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura e imparte clases en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga. Entre sus obras de creación poética y narrativa, cabe citar: Fuego sordo (1975), Marchamar andalusí (1977), Se rompe hasta la vida cotidiana (1980), Des(h)echa la ciudad (1980), Ulises desangrado (1982), Demonolatrías (1985), Amor compiuter (1987), El libro olvidado (Ed. Mondadori, 1988), Escritos dadaístas o la eficacia y operatividad del lenguaje C (1990), Un libro para el gozo (1994), Inter-nos (1994), Lejano siglo XX (1997), Psilocibina (1998), Un príncipe encantador (Cuento para niños y niñas de hasta 99 años), que incluye un disco con programa de actividades y pasatiempos (1998), Altos vuelos (2000), y muchos otros. Con otros autores, Poesía en los barrios (2001), Una carta de amor (2002) e Infinito mar que es el vivir (2003), entre otros títulos. Libros sobre temas de enseñanza de la lengua y la literatura, o de lengua o literatura: Método de comentario de textos y Comentario a “Los pedazos del sonido”, poema de Francisco Peralto (1978), Método de Comentario de textos. Teoría y práctica (1986), Enunciado, estructura, reescritura y función (1994), Estudios filológicos con procedimientos informáticos: desarrollo, aplicabilidad y rendimiento de programas en ordenadores personales (1996), Poética (1994), Propuestas metodológicas para el conocimiento de la obra literaria (Ensayos sobre literatura española actual) (1996), Análisis de la Poesía de Antonia López García (con procedimientos de estilísticas computacional) (1998), Las cien mil palabras de la poesía de Lorca (1999), Búhos del 98. Sobre ideas y literatura de la Generación del 98 (1999), La mujer en la literatura medieval española (2000), La poesía de Emilio Prados. Estudio y valoración (2000), Coautor de Poesía andaluza en libertad (una aproximación antológica a los poetas andaluces del último cuarto de siglo) (2001). Como profesor, ha presentado numerosas comunicaciones y ponencias en diferentes congresos nacionales e internacionales, publicadas en las actas correspondientes. Es autor también de unos doscientos artículos o ensayos de temas de literatura, crítica literaria, lengua o didáctica, publicados en suplementos literarios, prensa o revistas especializadas. Ha desarrollado programas de ordenador para la enseñanza de la lengua y la literatura, como auxiliares de estudios filológicos y como instrumentos de talleres de escritura creativa: Analizador, Métrica, Cuentos para cuentos, Poética, Adivina adivinanza, 12 viñetas, Atril-E, Secuencias, Atril2-E, Bajel, entre otros. Su trabajo Navegando por la Literatura actual en Andalucía le mereció el segundo «Premio Joaquín Guichot» a proyectos educativos. Es miembro de la «Asociación Andaluza de Críticos Literarios».

   

   

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. II Época. Año IX. Número 69. Noviembre-Diciembre 2010. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2010 Antonio García Velasco. Edición en CD: Depósito Legal MA-265-2010. Disegro Gráfico y Maquetación: Antonio M. Flores Niebla. © 2002-2010 Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga.

   

   

PORTADA

 

ARTÍCULOS PUBLICADOS