N.º 69

NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2010

5

GIBRALFARO

  

  

  

  

  

POLVO DE HADAS

   

Por Antonia de J. Corrales

  

  

  

A todos los enfermos de Esclerosis Lateral Amiotrófica.

27 de junio de 2007.

 

 

E

stabas preciosa bajo esa luz tenue que rozaba tu frente con desvergüenza, resbalando por ella hasta tu boca. Bajo la sombra que, desde hacía meses, eclipsaba tu mirada… que entonaba en  tus ojos un bello y melancólico fado.

Sostenías la pizarra sonriente, sin perder de vista mis ojos que, a pesar de tu empeño, se negaban a caminar por horizontes ajenos a tus labios. Que, anárquicos y teñidos de recuerdos, desobedecían tus deseos, que obviaban, rebeldes, llenos de antojo púber, el frío abecedario que tú, frente a mí, sostenías en tus manos.

Mis pensamientos resbalaban por tu frente limpia... sobre tus pómulos. Caían incorpóreos uno a uno sobre ti, bebiéndose tu aliento, tus ganas y mis ganas. Para regresar, tras unos instantes, como tantos otros días, a mí. A este cuerpo que cada día me es más distante, más ajeno, pero que aún siento mío, al que aún reconozco y amo.

No dejabas de sonreír, ignorante a mis visitas diarias, cada día más continuas, al “País de Nunca Jamás”. No quise decirte que había vuelto a ser Peter Pan. Que esta vez no había perdido mi sombra, aquella que te dije que había extraviado cuando nos conocimos porque se fue tras tus pasos, en el aire que movía tu caminar pausado y vital…

Esta vez, había perdido mi cuerpo. Hacía meses que volaba sin él sobre los aleros de tejas de barro cocido, de rojo arcilla, ocultando mis secretos, mis pesares, mis deseos y esperanzas, en el acanalado de sus curvas, en el olor a vida que desprendía el agua de lluvia que, tras las tormentas del verano, empapaba su superficie ondulada, esa lluvia que tanto echo en falta sobre mi ropa, que dejó de resbalar por mi piel el día que dejé de andar.

Desconocías que, antes de emprender mi vuelo por la ventana, robaba tu risa, que atrapaba a hurtadillas, como un adolescente pícaro y atrevido, tus carcajadas. Las guardaba en el laberinto de mis oídos, para espolvorearlas sobre las esquinas oscuras de los barrios marginales, sobre los rostros tristes de los niños desamparados, sobre los gestos anochecidos de las viudas, sobre la tristeza que empaña el sentir de los  desheredados. Que una vez más, ella, tu risa, se había colado en el sentir de otros que, también, como me sucedía a mí, andaban desgranando sentimientos sobre horizontes incorpóreos, inexplorados. Que había conseguido viajar a los alféizares de sus ventanas y apresar sus deseos más profundos. Que tu risa era ese polvo de hadas que revivía los sentidos, porque tú eras mi Campanilla y Campanilla había conseguido curar a Peter Pan.

«La magia existe. Creo en la magia», decías. «La Ciencia es magia», respondía yo. «Creo en la Ciencia», insistía, mostrándote los avances de mis estudios, de los estudios de otros que, como yo, siguen creyendo que la imaginación es más poderosa que el conocimiento. De otros que viajan incesantemente, día tras día, al “País de Nunca Jamás”, buscando aguja e hilo con los que coser deseos que se hacen realidades cumplidas y vividas. Porque allí, en el “País de Nunca Jamás”, la magia es la realidad.

   

   

                             

   

   

 

    

 

 

Antonia J. Corrales Fernández (Madrid), administrativa de profesión, comenzó a escribir en 1989 como correctora y con artículos y viñetas humorísticas en una revista profesional. En 2000 entra a formar parte de los colaboradores de opinión en el periódico comarcal ‘El Telégrafo’, tarea que abandona para dedicarse en exclusividad a la creación literaria. Ha sido galardonada con el primer premio del ‘Concurso de cuentos Ciudad de Marbella’ (2001) y ha resultado finalista en varias convocatorias, como el VII Certamen Internacional de Narrativa Corta ‘Santoña... La Mar’ (2002), IV Certamen Internacional de Relato Hiperbreve ‘Acumán’ (2003), Certamen Internacional de narrativa corta ‘Las Quinientas’, Colombia (2004), Certamen Internacional de Narrativa Breve ‘Don Manuel Alonso’, Madrid, entre otras. En 2003, su relato Las lágrimas del mar es seleccionado en el I Certamen Internacional de Relato Breve convocado por ‘La Lectora Impaciente’. Autora de cuatro novelas, dos intimistas y otras dos de suspense, la titulada Epitafio de un asesino (Editorial Titania, Barcelona, 2005) es una sobrecogedora narración que se inscribe en la línea más genuina del género de intriga. En esa misma línea se inscribe La décima clave, su segunda novela, publicada recientemente por la Editorial Martínez Roca (Grupo Planeta) y ya constituida en un clásico del suspense, imprescindible en la biblioteca de los apasionados por el género. Su última novela, En un rincón del alma, (Ed. Aladena, Málaga, 2010), la autora quiere contar historias, contagiarnos con las sensaciones y los sentimientos de su protagonista, objetivo que consigue satisfactoriamente con la historia de Jimena. La historia de Jimena es una historia sencilla, también, sin grandes pretensiones, y eso la hace ser universal, ya que es la de tantas y tantas mujeres que se sentirán identificadas con el personaje. Si quieres conocer más datos de esta autora, entra en su blog pulsando aquí: ANTONIA DE J. CORRALES.

    

    

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Bimestral de Cultura. Año IX. II Época. Número 69. Noviembre-Diciembre 2010. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2010 Antonia de J. Corrales. ISSN 1696-9294. Edición en CD: Depósito Legal MA-265-2010. Diseño Gráfico y Maquetación: Antonio M. Flores Niebla. © 2002-2010 Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga.

    

    

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