N.º 64

NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2009

5

   

   

   

   

   

   

   

HOJARASCA

(Selección)

   

Por  Ulises Varsovia

   

    

FLOR DEL SUEÑO

Hacia donde se vaya mi interior,

hacia donde mi espíritu vuele,

y vuele, y vuele, y vuele, huyendo

del ayer, del agua, de nunca jamás,

de hojas secas que me persiguen

y vuelcan en el sueño su substancia.

 

Tú también, la flor del sueño, esposa,

tú también, mi guarida en llamas

donde un tenue zumbido de abejas,

y el llamado de débiles voces

que me reconocen en el tumulto

de los viejos años revoloteantes.

 

Hacia allá con mi ser incorpóreo,

hacia allá con mis pobres criaturas

de niebla, humo, cansancio y vapor,

haciendo señales ininteligibles

desde el más allá de los idiomas.

 

Árbol en llamas en la otra orilla,

árbol de otoño de color incendio

con tus hojas secas chisporroteando,

contigo en la ebriedad penetro,

y tu substancia yerta conmueve

mi interior en fuga por el tiempo.

 

Dejadme, mortales, aullar de olvido,

dejadme aullar de calendarios,

dejadme aullar de laminas muertas,

de frío, orfandad y castañas

en un país perdido en el tiempo,

perdido en la espesura de la niebla.

  

  

   

SECRETA AÑORANZA

Del mismo color mi añoranza

que las hojas inmolándose

en la pirotecnia del otoño.

  

Ellas rubor de tez mineral,

ellas opaco carmín irradiando

su mortuoria palidez sanguínea

hacia la ceniza del atardecer.

  

Secreta añoranza, enclavada

en lo húmedo del corazón:

del mismo color que las hojas,

de su misma atmósfera letal.

  

Y mientras caigan desde el otoño,

mientras se desprendan de su matriz:

amo las hojas de color mortuorio,

amo la herida supurando en mí.

  

  

  

OTOÑO DE CENIZA

En aquel otoño de ceniza,

mis grises habitantes asomados

al panorama de la orfandad

en el desamparo de las hojas.

  

Era en un país diseminado

entre el ruido de la lluvia triste

golpeando contra la hojalata,

y las embarcaciones zarpando

en mi memoria obnubilada.

  

Por el sendero de los descalzos,

entre las hebras de la neblina,

las figuras fantasmagóricas

de quienes alguna vez allí,

en la soledad de los castaños.

  

Hoy, de regreso la ensoñación,

hoy, cuando otra vez las mismas hojas,

y otra vez la misma neblina,

y mis pasos perdiéndose en ella.

  

Era en un país a la deriva

entre el viento por los intersticios,

la escuela primaria quejumbrosa,

la capilla con Cristo sangrante,

y las embarcaciones zarpando

hacia nunca volver, hacia el olvido.

  

  

  

HOJAS SECAS

Hojas secas revoloteando

en el viento juguetón de octubre,

aves de luto graznando,

los espíritus en muchedumbre.

  

Nadie en el húmedo escenario

donde mis pasos vagando al azar

de las hojas revoloteando.

Nadie, ni yo mismo, mi otredad.

  

Tal vez mi interior desdoblado

en aquel que trémulo, durmiendo,

y el que por los grises campos

mientras la hojas en el viento.

  

U otro que yo el que deambulando,

otro que mi misma mismidad

extraviada en los calendarios,

cuando otras hojas secas al azar.

  

  

  

BREBAJE

Turbio brebaje de amargas hierbas,

poción de substancias del olvido.

Afuera, el otoño a campo traviesa.

En mi corazón, un pájaro herido.

 

Morir de no volver a verla,

morir de no regresar jamás.

Madre, tus ríos llenos de estrellas,

tu atronadero en la orilla locuaz.

 

Quién el que leche de tus ubres frescas,

quién el que peces de tu mar feraz,

cuando a mi alrededor las hojas secas,

y frías mis manos de desheredad.

 

Un brebaje de amargas hierbas,

un trago de pócima otoñal,

de pura asfixia, de puro no verla,

de hojas secas y mi perdido hogar.

  

  

  

POSTRIMERÍAS DE OCTUBRE

En las postrimerías de octubre,

con mi séquito de fantasmas,

rememorando una difusa edad

en la hecatombe de las castañas,

mientras las hojas revoloteando.

  

Siempre regresarás a mayo

cuando septiembre por la pendiente,

e intensifique el frío sus púas,

y arrebate el viento el botín

de los árboles tributarios.

  

También entonces la humedad pegada

a las láminas resplandecientes,

y en el velo gris de la niebla

un hombre cruzando las horas

con su corazón sangrando.

  

¿Quién eras cuando nadie junto a ti,

cuando solo en el escenario

de tu octubre en el frío mayo,

y las hojas transmigrando a ti,

a tu séquito de fantasmas?

  

Siempre regresarás a morir

cuando las hojas en la humedad

de la niebla nublando tus ojos,

en otro lugar de una turbia edad,

en las postrimerías de octubre.

  

  

  

AVES OBSCURAS

Aves obscuras graznando

en la dispersión de las hojas,

cuando el viento gris del otoño

su aliento por entre las ramas,

por las láminas de la hojarasca,

  

aves que de remotos sueños

en oleadas migratorias,

de regreso a mi existencia

atrapada en las coordenadas

de niebla, humedad y hojas secas.

  

Ahora graznad otra vez,

ahora rodead mi existencia

nuevamente de broncos fonemas,

y abrid de repente el vuelo

hacia inalcanzables estrellas.

  

Y desde allí, graznad y graznad,

desde allí, acribillad mi vida

de roncas sílabas otoñales,

y precipitad mi corazón

en el clima de las hojas secas.

  

  

  

EN LA VEJEZ DE LAS HOJAS

No bien migren las hojas del ocre

al rojo exhausto de media tarde,

y crispen su materia exangüe

hasta caer a la desheredad

de pobres láminas resecas

aferradas a su pecíolo…

 

No bien, pues, experimenten

la ruptura de la clorofila,

y queden allí, petrificadas,

esperando en el aire suicida

las dentelladas de los cuchillos…

 

Claire, no salgas de casa ahora,

no pases por el sendero,

no te desnudes de júbilo

bajo la lluvia de vestes

vegetales cayendo a tierra,

no pises su color marchito.

 

Porque no bien palidezcan,

y cumplan el tránsito ritual

mudando de enfermos pigmentos

hasta la hoguera de la tarde…

 

No cruces por la arboleda,

no desnudes tu cuerpo lácteo

bajo la lluvia de la muerte

en la vejez de las hojas.

   

   

                             

   

   

 

    

 

 

Ulises Varsovia (Valparaíso, Chile, 1949), por su cuna, está marcado por el mar y sus tempestades. Estudia varias asignaturas humanísticas y trabaja en tres universidades, tanto en Historia como en Historia del Arte, al mismo tiempo que escribía poesía. En 1985 se traslada a doctorarse a Alemania. La nacionalidad suiza de su esposa le permite trabajar y quedarse en San Gall. Ha publicado 28 títulos de poesía, cinco de ellos en Chile y tres dedicados a Valparaíso. El último se titula Hermanía: La Hermandad de la Orilla y ha sido publicado en Apostrophes de Santiago. Entre sus poemarios, cabe destacar Jinetes Nocturnos (Valparaíso, 1974-75), Tus náufragos (1993), Capitanía del Viento (1994), El Transeúnte de Barcelona (1997), Madre Oceánica (1999), Megalítica (2000),  Ebriedad (2003) y la Antología Esencial. Es autor, asimismo, del cuadernillo Sueños de Amor (1972), que circula sólo entre amigos. Recientemente, ha publicado un libro de poemas con el título de Anunciación. Ángeles y Espadas (Asociación Cultural Myrtos, Sevilla, 2008), al que ha seguido Antología Esencial y Otros Poemas (1974-2005), poemario que incluye 88 composiciones líricas. Lo último suyo que ha aparecido es Vientos de Letras, también antológico, en colaboración con el poeta andaluz Alexis R. y editado por Myrtos. Sus poemas han sido publicados en más de 70 revistas de literatura de todo el mundo, algunos de los cuales han sido traducidos a otros idiomas, y figura como autor destacado en numerosas páginas web. Este poeta chileno da a conocer su obra a través de estas dos páginas personales: Ulises Varsovia (I) y Ulises Varsovia (II), ambas de visita obligada.

    

    

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Bimestral de Cultura. Año VIII. II Época. Número 64. Noviembre-Diciembre 2009. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2009 Ulises Varsovia. © 2002-2009 Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga.

    

    

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