N.º 53

ENERO-FEBRERO 2008

6

  

 

   

  

 

 

SUSURRO DE ESPERANZA

  

Por Vanessa Álvarez Díez

  

  

  

SUSURRO DE ESPERANZA

Hoy me llegó un tenue susurro,

cálido, no sé, tal vez fue tuyo.

Tenía leve aroma a tu existencia.

  

Tú lo sabías, hoy, estoy triste.

Se cerró una puerta.

No importa, dijo perentorio el susurro.

¡Se abrirá una ventana!

  

Pero, es que ahora, ahora,

se me ha cerrado otra,

ésta  golpeó más fuerte.

  

¡No inquietes!

Me cosquilleó la voz  en mi oído,

¡Se abrirán más ventanas!

Se abrirán sin prisas,

de una en una.

  

¿Pero qué importan las ventanas?

¡Yo quiero salir por la puerta!

  

Indivisos podemos salir por las ventanas,

apuesta por volar alto,

me susurró de nuevo.

  

Pero, ¡quiero y no puedo volar!

  

Hoy tus alas son frágiles,

me dijo,

pero no te lamentes,

próximamente, volarás muy alto.

  

  

  

CAMBIOS

Era inminente el cambio

y tenaces quienes te  rodeaban.

Leve ya mi existencia,

navegante en ilusiones.

  

Rotundo era el silencio,

frágiles mis lágrimas,

que una a una en suspense caían

como si fuesen gotas danzarinas.

  

Incesante demora

que cada fugaz segundo

transfiguraba los más bellos sueños.

  

Usurpadores de almas

que me arrebataron la tuya,

como en aquella, nuestra alcoba,

donde en el vaho del cristal

se disipó también la mía.

   

  

  

POR SER TÚ

Hoy quiero dedicar,

un trocito de mi vida a ti.

Por ser tú.

  

Mágico amigo,

peculiar con tu presencia

y gran despliegue de recursos.

  

Quiero agradecerte

ser mi espejo en tan duros momentos.

Hacerme creer

que de nada sirven los resentimientos.

  

Gracias de nuevo,

por ser con la tuya mi voz.

  

Agradecerte que no sean

póstumas mis palabras,

que no sea hoy imperceptible mi sonrisa,

que aún tímida te mira.

  

Me mostraste un trocito de cielo,

de tu cielo.

Inmenso trocito,

que hoy es mi primordial deseo.

  

Apostaste con riesgo,

jugaste conmigo a la misma carta.

¡Vaya baza!

  

Hoy sí, querido amigo,

enmudeció el viento

cuando yo seriamente le dije

que eres el amigo que más quiero.

  

  

  

MENTIRAS

Hoy la he visto.

Aquella, su figura,

cual  trovador

intentando recordar

su extraño espíritu solitario.

    

Corazones desgarrados,

mentiras sin ansiedad.

    

Viajero embriagado por su destino.

Sinuosos los rincones del corazón.

    

Y vasta como la noche

era su ingenua y dulce alma.

    

  

    

SOLITARIO

Caminaba absorto en sus pensamientos,

un cigarro en la comisura de los labios,

mientras la niebla cubría la ciudad.

  

La mirada perdida, triste y fría,

y una bucólica figura dibujaba su alma.

Largos ecos confundidos en la noche,

sonidos acunados por el viento.

  

Baños de pereza en el corazón,

insondable tristeza…

Hechizos de misterio inundan su mente.

  

Y una mágica oleada de viento fresco

acariciaba su alma.

A lo lejos, cielo claro.

Llegaba el alba.

  

  

  

  

  

  

VANESSA ÁLVAREZ DÍEZ (León, 1978) ha cursado los estudios de Jardín de Infancia y ha sido soldado profesional, primero en el Cuerpo de la Armada (A Coruña) y posteriormente en el de Tierra (Burgos). Durante su servicio en las Fuerzas Armadas, comienza los estudios de Administración de Sistemas Informáticos, que concluirá en Málaga, ya fuera del Ejército. En la actualidad es diplomada en Maestro en Lengua Extranjera, especialidad de Inglés, por la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga. Se inicia en la creación poética tempranamente. Cultiva una poesía con evidentes ribetes melancólicos, evocadores de sus vivencias personales en su tierra natal y de aquellos otros lugares que han ido conformando su existencia.

  

  

  

GIBRALFARO. Revista Digital de Creación Literaria y Humanidades. Año VII. Número 53. Septiembre-Octubre 2008. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2008 Vanessa Álvarez Díez. © 2002-2008 EdiJambia & Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga.

    

    

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