«Yo comparto el Premio Cervantes, en primer lugar, con mi patria, México, patria de mi sangre, pero también de mi imaginación, a menudo conflictiva, a menudo contradictoria, pero siempre apasionada con la tierra de mis padres. México es mi herencia, pero no mi indiferencia; la cultura que nos da sentido y continuidad a los mexicanos es algo que yo he querido merecer todos los días, en tensión y no en reposo. Mi primer pasaporte —el de ciudadano de México— he debido ganarlo, no con el pesimismo del silencio, sino con el optimismo de la crítica. No he tenido más armas para hacerlo que las del escritor: la imaginación y el lenguaje.»

CARLOS FUENTES. Parte inicial de su discurso en la ceremonia de entrega del Premio Cervantes 1987.

  

  

  

CARLOS FUENTES MACÍAS, de padres mexicanos, nació en Panamá el 11 de noviembre de 1928. Su padre era diplomático y en el momento en que acontecen los movimientos revolucionarios cubanos, estaba en la representación de México en ese país. Falleció el 15 de mayo del 2012 en su querida Ciudad de México, justamente su primera novela lleva como título: La región más transparente, que tendría como núcleo temático la vida en la capital mexicana en la década de los 50.

  

Un autor de formación pluricultural

Ciudad a la que, en su juventud, generalmente, concurría a pasar las vacaciones, ya que, por la profesión diplomática de su padre, estudio en Estados Unidos y diferentes países de Latinoamérica, pero sus progenitores no querían que perdiera el contacto con México. Años más tarde, el escritor también se integraría a la diplomacia, siendo embajador de México en Francia de1975 a 1977.

Su formación pluricultural lo llevó a estar muy comprometido con la política internacional y con la problemática latinoamericana. Su obra, en la que mezcló magistralmente historia, filosofía y mitología, estuvo más que nada orientada a México, su idiosincrasia, y sus problemas políticos y sociales.

Fue profesor universitario en la década de los 70 en Princeton, Pensilvania y Columbia; también fue catedrático en Cambridge y Harvard. Se cuenta como anécdota que cuando recibió la noticia de que le había sido otorgado el Premio Cervantes, estaba dando una clase en Harvard en la que acababa de citar un pensamiento de Cervantes de la obra Don Quijote. Su obra es tan prolífica que abarcó novela, cuento, ensayo, obras dramáticas, guiones y argumentos para cine, incluso hasta una ópera.

  
 

 

Carlos Fuentes Macías (Panamá, 1928-Ciudad de México, 2012), escritor mexicano, adscrito al llamado «boom latinoamericano», fue uno de los autores más destacados de este movimiento en su país y hoy figura entre los grandes de las letras hispanoamericanas.

  

  

  

Política y Literatura, en Latinoamérica, son inseparables

Llegó el momento de introducirnos en la temática del título de este escrito. Corría el año 1962, camino a un congreso literario en la República de Chile, cuentan que Carlos Fuentes le dijo muy entusiasmado al escritor chileno José Donoso (Santiago de Chile, 1924-Ibidem, 1996) que, después de la Revolución Cubana, él ya no consentía hablar en público más que de Política, jamás de Literatura.

Consideraba Fuentes que ambas, política y literatura, eran inseparables en Latinoamérica, y que ahora la región solo podría mirar hacia Cuba. Ambos se comunicaron con el escritor, periodista y musicólogo cubano Alejo Carpentier (Lausana, 1904–París, 1980) para sugerirle que el congreso de literatura se transformara en un foro de exploración de los logros alcanzados hasta el momento por los principios de la Revolución Cubana en las áreas de educación y cultura.

  

Carlos Fuentes se distancia del movimiento revolucionario castrista

El escritor colombiano Gabriel García Márquez (Aracataca, 1927- Ciudad de México, 2014), a finales de la década de los 80, con un Carlos Fuentes alejado ya de La Habana, solía decir que el intelectual que más sabía de Cuba era Carlos Fuentes, al tiempo que no encontraba explicación a las razones de su mutismo en este aspecto.

En 1971, el escritor peruano-español, Mario Vargas Llosa (Arequipa 1936), lideró un movimiento entre los principales intelectuales de Occidente, que publicaron dos cartas reclamando al Gobierno cubano la puesta en libertad del escritor Heberto Padilla, encarcelado por la publicación de un libro de poesía que había sido premiado —vaya incongruencia— por la Unión de Escritores de Cuba.

En dicha obra se incluía un poema titulado “En mi jardín pastan los héroes”, una astuta referencia soterrada a Fidel Castro, a quien apodaban “El Caballo”. Carlos Fuentes firmó ambos desplegados. Las misivas publicadas en diferentes medios de prensa enfurecieron a Fidel Castro. Después de este episodio, Carlos Fuentes guardó silencio y no se preocupó más por Cuba. Con el denominado Caso Padilla, algunos integrantes del boom latinoamericano se distanciaron de la Revolución Cubana.

  

  

 

 

Carlos Fuentes explicaba una cita de El Quijote a sus alumnos de la universidad de Harvard cuando su mujer, la periodista Silvia Lemus, le interrumpió para comunicarle que había ganado el Premio Cervantes de Literatura. «Se lo creerá usted o no», dijo Fuentes por teléfono a este periódico, «pero acababa de aludir al pasaje en que el Quijote le dice a Sancho: "Los milagros, Sancho, son cosas que ocurren rara vez"».

  

  

  

Carlos Fuentes y la Revolución Cubana

¿Por qué se entusiasmó tanto Carlos Fuentes con la Revolución Cubana? En su primera etapa, los años 50 y 60, primero, por la hazaña guerrillera y, posteriormente, por las decisiones sociales que tomó Fidel Castro al frente de su Gobierno revolucionario. Fuentes veía en la Revolución Cubana lo que no fue la Revolución Mexicana: un modelo socialista.

La Revolución Mexicana se quedó a la mitad del camino entre el capitalismo y el socialismo, originándose la propuesta de un Estado dominante con un enfoque a lo social. Cuando la invasión de Playa Girón en 1961, Carlos Fuentes iba a acompañar al expresidente, el general Lázaro Cárdenas del Río (Jiquilpan, 1895-Ciudad de México, 1970), a La Habana. Pero el viaje fue abortado por el presidente Adolfo López Mateos (Atizapán de Zaragoza, 1909-Ciudad de México, 1969). Cárdenas explicará al presidente que había querido viajar a Cuba por solidaridad frente al agresor norteamericano, y Adolfo López Mateos le respondió, que México no podía darse el lujo de comprar “pleitos ajenos”.

  

Su desengaño ante la realidad del nuevo gobierno

Pasarán los años y, en el 2003, nuevamente Carlos Fuentes firmará un desplegado contra Cuba, con motivo del fusilamiento de tres jóvenes cubanos que intentaron secuestrar una embarcación para pedir asilo en Estados Unidos.

Con respecto a la decepción que el movimiento cubano le inspiraba a hora, en sus escritos podemos encontrar afirmaciones manifiestamente anticastristas, como «Las revoluciones las hacen hombres de carne y hueso, no santos, y todas terminan por crear una nueva casta privilegiada». Porque «toda revolución genera libertad y genera nuevas formas de dominación. Entonces, hay que consagrar la libertad para combatir esas formas de dominación que inevitablemente van acompañadas de una gran transformación social, del descenso de unos, del ascenso de otros».

  
 

 

Hasta el día de su fallecimiento, Carlos Fuentes fue considerado candidato para obtener el Premio Nobel de Literatura por un sector del público y de la crítica literaria. Mario Vargas Llosa había expresado su deseo de que el siguiente autor de la lengua en recibirlo fuera Carlos Fuentes. Poco antes, Fuentes había declarado, aludiendo al boom latinoamericano: «Cuando se lo dieron a García Márquez (1982), me lo dieron a mí, a mi generación, a la novela latinoamericana que nosotros representamos en un momento dado. De manera que yo me doy por premiado».

  

  

  

Carlos fuentes no impregnó sus obras de los principios revolucionarios cubanos

Carlos Fuentes logró lo que no hicieron otros escritores de la época: separar su inclinación por la Revolución Cubana de su obra. Durante los años de su filiación cubana (1956-1969), la obra de Carlos Fuentes procuró no incluir los principios revolucionarios cubanos en ninguna de sus obras, aunque, personalmente, sí experimentó una notable radicalización en sus ideas intelectuales y en sus posicionamientos políticos, y siempre en el espacio nacional de simpatías al modelo populista del cardenismo.

Cuando la Revolución Cubana inició su desarrollo en la nueva Cuba, Carlos Fuentes, en un principio, apoyó públicamente al movimiento revolucionario, pero con una reticencia que no escapó a la intuición de Gabriel García Márquez. Retomemos lo dicho por Gabo, quien firmó la protesta de 1971 y se convertiría, con el tiempo, en uno de los mejores amigos de Fidel Castro: «Dejaba en duda las razones de su silencio». Es evidente que García Márquez se había apercibido de la desaprobación silenciosa de Fuentes al ver a Castro practicando un socialismo autoritario al estilo de la Rusia de Stalin. Cobra sentido lo que una vez dijo Fuentes: «La libertad revolucionaria es pervertida por el poder personal».

  

A modo de conclusión

A modo de reflexión final, comparto otro pensamiento sobre las revoluciones del que ha sido la gran figura de las letras Hispanoamérica del siglo XX y principios del XXI. Decía Carlos Fuentes que «Es que no hay buena revolución que no sea traicionada, solo las malas revoluciones no se traicionan a sí mismas...».

   

   

   

   

   

   

   

   

Washington Daniel Gorosito Pérez (Montevideo, Uruguay, 1961). Periodista, poeta, ensayista y conferenciante. Catedrático de Universidad y columnista de análisis internacional y asuntos de defensa en periódicos de México, Uruguay, Argentina y Ecuador. Su labor literaria ha sido reconocida con diversos galardones provinciales, nacionales e internacionales.

Ente los últimos concedidos destacan el Premio Concurso de Cuentos “Líbano” y el Premio Concurso de Poesía “Profesor Nassime Hanna Nasser”, ambos otorgados en 2010 por la Sociedad Libanesa del Uruguay. Recientemenete, ha logrado un tercer lugar en el V Concurso Literario de Poesía y Narrativa “Espacio Mixtura 2016”.

En su repertorio como escritor hay que destacar los ensayos históricos Fray Bartolomé de las Casas: Un Quijote en América (1993) y José María Luis Mora, con su pensamiento cambió la Historia (1994), y los ensayos literarios Sor Juana Inés de la Cruz: Sin Tiempo en los Tiempos (1998) y Análisis de la obra Poética del Escritor José Gorosito Tanco (2001). Es autor también de diversas obras de creación, entre cuyos últimos títulos publicados cabe citar Palabras Perdidas (2002) y Letras Dispersas (2003).

Ha participado como colaborador en antologías varias, como Así Cantan los Poetas (Tomo 1, 2006) y Antología de Microcuentos (Universidad Iberoamericana León e Instituto Cultural de León, México, 2009), entre otros títulos.

Es miembro de la Unión Católica Internacional de la Prensa (UCIP), Poetas del Mundo y Red Mundial de Escritores en Español (REMES).

   

   

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral. Sección 3. Página 13. Año XXI. II Época. Número 111. Abril-Junio 2022. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2022 Washington Daniel Gorosito Pérez. © Las imágenes han sido extraídas, a través del buscador Google, de diferentes sitios de Internet relacionados con la temática que el autor desarrolla en su artículo. En todo caso, únicamente se usan como ilustraciones. Cualquier derecho que pudiese concurrir sobre ellas pertenece a su(s) creador(es). Diseño y maquetación: EdiBez. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2022 Departamento de Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte. Universidad de Málaga & Ediciones Digitales Bezmiliana. Calle Castillón, 3, Ático G. 29730. Rincón de la Victoria (Málaga).