N.º 75

ENERO-MARZO 2012

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CARTA ESCRITA EN EL FUTURO PARA EL PRESENTE

SOBRE CÓMO PROVOCAR EL DESAMOR

(O UN INTENTO DE ALCANZAR LA PAZ INTERIOR)

  

Por Luis Antonio López Álvarez

   

   

   

C

ada vez que me mentiste, cada vez que desconfiaste de mí, cada vez que tus miedos te vencieron, cada vez que me dijiste una media verdad, cada una de esas veces fabricaste una aguja, fabricaste un alfiler, convirtiendo mi corazón en un acerico.

  

No me protegí de ti. Vi la necesidad de hacerlo cuando la sangría ya estaba hecha. No me protegí de ti. Te amaba. Más aún, te adoraba. Quise dártelo todo y me di por entero a ti. Protegerme fue el modo de ensartar hilo en esas agujas para cerrar las heridas que tras de sí dejaban.

  

Me confundiste. Creaste en mí las dudas que antes no tenía. Provocaste un estado de desazón continua. Ya no distinguía la verdad de la no verdad. Porque el problema no fue sólo que me engañaras; el problema después fue cómo volver a creerte. Porque todo se volvió confuso. Si me mentías, tomara por cierto o no tu embuste, no merecías mi confianza; si me decías cosa cierta y por embuste la tomaba, no era yo digno de la tuya.

  

¿Por qué tus miedos fueron mayores que tus anhelos?, ¿por qué no te fiabas de mí?, ¿o por qué no lo hacías de ti misma?

  

¿Por qué desconfiabas de mí? ¿Quizá porque piensa el ladrón que todos son de su condición?

  

El problema no fue que me dijeras la media verdad. El problema fue que yo descubriera la media mentira, ¿o es al revés?

  

No te digo hoy esto para echarte nada en cara. No te reprocho nada. Quizá porque, a lo largo de los años siempre, permaneciste en mí. Y no me refiero a las cicatrices que aquellas suturas dejaron; aunque rehíce mi vida y he sido feliz, me refiero a aquel sentimiento tan puro que tan sólo por ti sentí.

  

Así pues, espero interpretes mis palabras como el hilo para enhebrar la aguja que pueda suturar tu herida (si es que te hice alguna), porque el único modo que encontré de protegerme fue apartarte de mí alejándome de ti, como también de ti aprendí, sin explicaciones, sin darlas ni pedirlas, ocultando tu desenmascaramiento y enterrando mis sentimientos. De este modo quiero hoy hacerte mi último regalo, pues si enterré entonces mis buenos sentimientos, el paso del tiempo me ha ayudado a enterrar también los malos. Ahora puedes saber por qué un día, sin más, desaparecí para ti.

  

  

  

                               

   

   

     

LUIS ANTONIO LÓPEZ ÁLVAREZ (Algeciras, Cádiz, 1972). Técnico Especialista en Laboratorio por la Escuela Universitaria “Salus Infirmorum”, de Cádiz. Diplomado en Maestro en Lengua Extranjera (sección: Inglés) por la Universidad de Málaga. Ha realizado diversos cursos relacionados con los ámbitos sanitario y pedagógico, así como, por su especial interés en la materia, posee formación en el campo económico y empresarial. Ha sabido desarrollar su formación enfocando su trayectoria profesional tanto al ámbito hospitalario como a los de marketing, organización y gestión.

    

    

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral de Cultura. Año XI. II Época. Número 75. Enero-Marzo 2012. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2012 Luis Antonio López Álvarez. © Las imágenes, extraídas a través del buscador Google de diferentes sitios o digitalizadas expresamente por el autor, se usan exclusivamente como ilustraciones, y los derechos pertenecen a sus creadores. Edición en CD: Director: Antonio García Velasco. Diseño Gráfico y Maquetación: Antonio M. Flores Niebla. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2012 Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga.