N.º 74

NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2011

6

GIBRALFARO

   

   

   

   

   

ANUNCIACIÓN. ÁNGELES Y ESPADAS* (Antología)

   

Por Ulises Varsovia

   

   

   

ANUNCIACIÓN

     Un ángel de niebla y ceniza

viniera a mí en el atardecer

con su muda voz sacudida,

y abriera desmesuradamente

sus ojos sin dimensión,

sus ojos vacíos navegando.

  

     Viniera en el atardecer

hasta mi distante ventana,

y sacudiera su voz

de áfonas sonoridades,

de áfona intemperie tonal,

al tardío atardecer,

envuelto en insondable niebla.

  

     Y me mirara con sus ojos

inalcanzablemente lejanos,

errantes por la interioridad

de mis criaturas inconsolables.

  

     Un ángel de niebla y ceniza,

un ángel de despiadada mudez

frente a mi remota ventana,

con sus labios inútiles llamando,

irreconociblemente mío.

  

  

  

AULLIDO

     Alguien parecido a mí,

el que desde los bosques

un aullido de animal extinto,

un grito agudo prolongándose,

conmoviendo la noche.

  

     Hijo mío, hermano, sombra

de mi vida desnuda en medio

de despiadadas bestias,

  

     ni tú ni yo, ni nosotros,

ni ninguno, ni nadie yo,

el que con tantos rostros

y con tantos nombres,

y ni una sola identidad

en la sed del acoso.

  

     Tal vez a mí parecido,

tal vez yo mismo,

tal vez ninguno de nosotros,

o todos de una sola vez.

  

     Un aullido de bestia herida,

un grito de aguda intensidad

en la espesura del bosque,

en la espesa ceguedad.

  

  

  

HORA

     Pródiga de emanaciones

la hora que en mi reloj

detenida y derramada,

pródiga de criaturas

bullendo en torno a mí

con su sutil zumbido.

  

     Algo que indefinible,

que infiniblemente

lo que su voz descalza,

lo que su voz en la hora

de misteriosa entidad

succionando el tiempo.

  

     Desde dentro de las cosas,

a débiles vagidos,

permaneciéndose y yéndose,

o precipitadamente

a través de la habitación,

  

     hora, tu espesa melena

inaprensible y fugaz,

tu entidad de fantasma

rodeada de objetos

y plena de desnudez.

  

     Pródiga de emanaciones

lo que indefiniblemente

dormido en mi reloj,

llorando con su voz descalza.

  

  

  

CASAS AL ATARDECER

     Casas al atardecer

en ningún domicilio

domiciliadas,

absortas en la transición

de la claridad menguante

a la creciente obscuridad.

  

     Pesadas de maderas

húmedas amamantadas,

de espacios atiborrados

de una espesa magnitud,

húmedas en el paisaje

sus tectónicas raíces,

  

     y tan inconsistente

su ceñuda gravedad

poblada de ventanas,

tan de viaje por el aire

con su irreal tripulación

de vidas vesperales.

  

     A ningún destinatario

las cartas ultramontanas

caídas a tu cuarto obscuro,

y ningún mensaje el humo

de naves navegando

en la mar crespuscular.

  

     Sencillamente casas

al atardecer dispuestas

en la realidad migrante,

en las hilachas de luz,

en la vaguedad del día

irreal tambaleante.

  

  

  

ADORMIDERAS

     En la paz de las adormideras

desplegar, de súbito, las alas,

y dejar de ser y seguir siendo

en la transposición cardinal

de tiempo y conciencia terrestres.

  

     Así como si ni origen ni rumbo,

como si ni destino ni nenúfar

en la nebulosa amnesia urdida

en torno a la luz y lo viviente.

  

     Dentro de mí, y de mí ausente,

errante de mí en la obnubilación

de renuncia y negación, de cancela

y cerrojo en la hermenéutica

del ser de sí mismo despojado.

  

     Toda una larga historia del efímero

gusano encerrado en su capullo,

hilando, tejiendo su indumentaria

de sueños despiadadamente rotos,

despiadadamente terrestres.

  

     En el follaje de las adormideras,

el indefinible espécimen astral

jocundo de lúcida ceguera,

ebrio de un narcótico intemporal

en la órbita de lo inenarrable.

  

     La realidad, tu capullo infranqueable,

tu celda monacal sellada.

Pero un sólo golpe de adormideras,

una inhalación de aromas órficos,

y tu estúpida conciencia trascendida,

tu regreso a la amnesia originaria.

  

  

  

MARIPOSA

     Ocurra una flor inédita,

ocurra un insólito perfume

desde el útero de las cosas,

una mariposa arrebolada

en un color de inextinta llama,

en un espectro de lítico fuego.

  

     Despréndase inesperadamente,

de súbito y en alto sigilo,

con sus invencibles atributos,

con sus facultades omnímodas,

desde la vagina impalpable,

desde el manantial del misterio.

  

     Llegue hasta nosotros su irradiación,

llegue hasta nosotros su fuerza oculta,

y disuélvanse en polvo y silencio

las maquinaciones diabólicas

de aquello en nosotros subyacente,

de lo que en nuestra humana doblez.

  

     Ocurra en su envolvente inanidad,

ocurra en su arrolladora impotencia,

llena de impalpable fuego digital,

llena de incombustibles llamas secas.

  

     Una flor inédita erigida,

un perfume insólito rociado,

una mariposa color arrebol,

color incendio, color inextinto,

color humano en su humana doblez.

  

  

   

Ruina y ceniza

     Ruina y ceniza los años caídos

al precipicio de la memoria

con todo lo que entonces hemos sido,

con nuestras miserias y derrotas.

  

     Ya no recuerde el que dejando de ser

prosiguió su marcha, transferido

al mismo que tanto y que tanto volver,

y no regresar nunca al niño herido.

  

     En un único sorbo, la hidromiel

del varón enhiesto en su cabalgadura,

y el infausto trago de amarga hiel,

camino de no reencontrarnos nunca.

  

     En el fondo sin fondo de la memoria,

todos nosotros que precipitados,

esperándonos sin rostro en la hora

de no volver jamás ni ser hallados.

  

  

*     *     *

  

*Extracto del poemario Anunciación. Ángeles y Espadas. Asocia-ción Cultural Myrtos, Sevilla, 2005.

   

   

                             

   

   

 

    

 

 

ULISES VARSOVIA (Valparaíso, Chile, 1949), por su cuna, está marcado por el mar y sus tempestades. Estudia varias asignaturas humanísticas y trabaja en tres universidades, tanto en Historia como en Historia del Arte, al mismo tiempo que escribía poesía. En 1985 se traslada a doctorarse a Alemania. La nacionalidad suiza de su esposa le permite trabajar y quedarse en San Gall. Ha publicado 28 títulos de poesía, cinco de ellos en Chile y tres dedicados a Valparaíso. El último se titula Hermanía: La Hermandad de la Orilla y ha sido publicado en Apostrophes de Santiago. Entre sus poemarios, cabe destacar Jinetes Nocturnos (Valparaíso, 1974-75), Tus náufragos (1993), Capitanía del Viento (1994), El Transeúnte de Barcelona (1997), Madre Oceánica (1999), Megalítica (2000), Ebriedad (2003) y la Antología Esencial. Es autor, asimismo, del cuadernillo Sueños de Amor (1972), que circula sólo entre amigos. Recientemente, ha publicado un libro de poemas con el título de Anunciación. Ángeles y Espadas (Asociación Cultural Myrtos, Sevilla, 2005), al que ha seguido Antología Esencial y Otros Poemas (1974-2005), poemario que incluye 88 composiciones líricas. Lo último suyo que ha aparecido es Vientos de Letras, también antológico, en colaboración con el poeta andaluz Alexis R. y editado por Myrtos. Sus poemas han sido publicados en más de 70 revistas de literatura de todo el mundo, algunos de los cuales han sido traducidos a otros idiomas, y figura como autor destacado en numerosas páginas web. Este poeta chileno da a conocer su obra a través de estas dos páginas personales: ULISES VARSOVIA.com y ULISES VARSOVIA.ch, ambas de visita obligada por su interés lírico.

    

    

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Bimestral de Cultura. Año X. II Época. Número 74. Noviembre-Diciembre 2011. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2011 Ulises Varsovia. © Las imágenes, extraídas a través del buscador Google de diferentes sitios o digitalizadas expresamente por el autor, se usan exclusivamente como ilustraciones, y los derechos pertenecen a sus creadores. Edición en CD: Director: Antonio García Velasco. Diseño Gráfico y Maquetación: Antonio M. Flores Niebla. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2011 Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga.