N.º 53

ENERO-FEBRERO 2008

4

  

 

   

  

  

  

SIN CADENAS

 

  

  

Por Manuel Recio Silva

   

   

  

SIN CADENAS

Si en tus ojos una gota de sal

anuncia todo el sufrimiento,

deja que un árido viento

se lleve todo tu mal.

  

Si en tus manos vacías

se refleja la desesperanza,

lucha de noche y de día.

El buen guerrero, su objetivo alcanza.

  

Deja que el río se lleve tus penas

para, al fin, ahogarse en el mar.

No impidas que tus cadenas

coarten tus ansias de volar.

  

  

APRENDIMOS

Aprendimos a vivir

igual que un pájaro a volar.

A base de tropezar,

también a base de sufrir.

  

Aprendimos a sentir

cuando el corazón ama,

con la fuerza de una llama

que también nos ha de herir.

  

Aprendimos a llorar

en lo más hondo de un  vientre,

para beber luego de la fuente

que nos ayuda a caminar.

  

Aprendimos a soñar

al escuchar el primer te quiero.

Nube que volaba por el cielo,

y no te volví a ver nunca más.

  

Así aprendimos a aprender,

que siempre es pronto para morir,

que nunca es tarde para volver a nacer.

  

  

EN TI

En ti veo a Juno,

esposa de Júpiter,

madre de Marte...

Y, en tus dos ojos negros,

fui capitán de todos los mares.

  

Fui capitán de todos los mares

y, en la proa de tu barco,

mi camisa henchida por el aire.

  

La camisa henchida por el aire

y, en mi corazón, tatuado

tu nombre de espuma y sangre.

  

  

NANA PARA DORMIR A UN NIÑO

Luna acaramelada,

yo te traigo para ti.

Y una estrellita dorada,

en la cola de un delfín.

  

Y un coro de ángeles

tocando el violín

mecen en una nube

a mi niño chiquitín.

  

A ni niño chiquitín,

que sueña galopando

una mar de plata

en un caballo de marfil.

  

  

MUCHACHA DE OJOS GRISES

En tus ojos se reflejaba

toda la tristeza del mundo.

  

Tus manos ansiaban

mil gestos de ternura.

  

Era tu voz un grito agónico

de campana rota.

  

Yo te ofrecía mis palabras

como el bálsamo que cura

las heridas, y tu alma, de nube,

en llanto rompía.

  

De repente, un arco iris

pintó en tu rostro una sonrisa...

¡Bailamos juntos la danza del viento,

muerto el reloj infinito del tiempo¡

  

  

  

              

              

    

    

  

MANUEL RECIO SILVA (Badajoz, España) es funcionario de profesión y el interés por la poesía le viene desde edad muy temprana. Pero ha sido su llegada a la madurez cuando este ‘aprendiz de poeta’, como él quiere que lo definan, ha empezado a enhebrar palabras y formar versos que le sirvan de medio de expresión de sus emociones más íntimas. Participa en Badajoz en tertulias poéticas, tiene publicados dos cuadernillos y otras obras de forma colectiva.

    

  

    

GIBRALFARO. Revista Digital de Creación Literaria y Humanidades. Año VII. Número 53. Enero-Febrero 2008. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2008 Manuel Recio Silva. © 2002-2008 EdiJambia & Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga.

    

    

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